El pasado 7 de julio se celebró el “Día Provincial de los Museos”, en otro aniversario del fallecimiento de Ertivio Acosta, fundador del Museo del Hombre Chaqueño.

En esta sintonía, durante junio y principios de julio se realizó el primer Foro de Trabajadoras y Trabajadores de Museos Desde Adentro, organizado por el Instituto de Cultura del Chaco desde su dirección de Patrimonio Cultural.

Estas acciones demuestran las políticas que viene implementando la cartera cultural dirigida por Mariela Quirós, en el marco del programa Patrimonio Activo. “El aislamiento social obligatorio modificó las prácticas sociales y los museos se vieron seriamente afectados. Pero lo que al principio parecía una amenaza, se convirtió en fortaleza, ya que los propios trabajadoras y trabajadores están aprovechando para diseñar nuevas estrategias, formas de comunicar y de interactuar a través de propuestas digitales”, expresó la presidenta del organismo cultural provincial.

A cargo de la mencionada dirección de Patrimonio Cultural se encuentra Gabriela Barrios, quien es magíster en Políticas Sociales. A continuación, una charla en profundidad sobre los museos en el marco del nuevo contexto definido por el covid-19.

 

¿Cuáles son los desafíos para los museos en el mundo que viene?

Este es un debate internacional en este momento; estamos participando en foros de todo el mundo. La pandemia abrió la posibilidad de acceso a esas discusiones y ofertas para cada uno de los espacios específicos. Abrió distintas posibilidades de trabajo y de formación.

Se estima que a nivel mundial, casi el 50% de los museos estarían en condiciones de cerrarse porque no pueden sostenerse sin el volumen de entradas provenientes del turismo. No es nuestra situación, ya que nuestros museos provinciales tienen un vínculo más comunitario con sus visitantes y son sostenidos por el Estado, no se cobra entrada.

El desafío tiene que ver con el contenido, con el cambio de perspectiva de las actividades. Al menos por un tiempo, ya no podemos pensar en visitas masivas en espacios cerrados de grupos escolares numerosos o de grandes contingentes turísticos.

Para la reapertura de los museos vamos a tener que adaptarnos a las normas internacionales de seguridad y, en ese sentido, nuestros museos son de circuitos de espacios reducidos y cerrados. Mientras tanto, el desafío sigue siendo formarnos en generar contenidos digitales que permitan recrear visitas desde ese nuevo espacio virtual. En esto será clave la articulación con los docentes y con estudiantes de todos los niveles, que ya tienen establecido un circuito de visita y trabajo con ciertos museos, y debemos bregar para que eso vuelva a suceder de manera virtual.

Los museos van a seguir aportando y formando la identidad chaqueña. En estos tres meses hemos reorganizado varias áreas de trabajo para dar cuenta de estos cambios mundiales.

 

Desde que comenzó el aislamiento obligatorio, ¿cómo adaptaron los museos chaqueños su oferta a la emergencia sanitaria?

Los siete museos provinciales que dependen del Instituto de Cultura del Chaco fueron adaptándose a una oferta digital. En principio, algunos museos pudieron reorganizarse más rápidamente y generar un material del que no disponíamos, ya que simplemente antes de la pandemia hacíamos difusión de actividades por redes sociales.

Pero se generaron propuestas alternativas viables con los nuevos desafíos. De esta manera se puede mostrar mayor información sobre estos espacios, ya que muchas veces quedan cosas afuera o se tornan invisibles. Por ejemplo, el Museo de Bellas Artes (MUBA) hizo una alianza con el departamento de Artes Visuales y pudieron generar el proyecto Artistas del Chaco en 2 minutos, que reúne historias de hacedores locales y sus obras relatadas de manera audiovisual. Este es un proyecto que estaba pendiente, y en el formato para redes se dio todo de una manera profesional y precisa.

Otra propuesta completamente distinta ha sido la del Jardín Botánico, donde comenzaron a compartir imágenes de plantas, frutos y animales, logrando la interacción del público. Tanto con los nombres comunes como con los científicos, con historias relacionadas, y así se fueron compartiendo saberes que todos tenemos, que son ancestrales. Ese fue un ciclo diario.

En este momento están compartiendo fotos históricas de Colonia Benítez con el mismo objetivo de recuperar información sobre las imágenes del archivo personal de Augusto Schulz, quien más allá de su trabajo botánico, guardó muchos documentos sobre la historia de la localidad. El equipo actual del museo está generando nuevos contenidos con todo el material que dejó Schulz.

También puedo nombrar al Museo Geraldi y su ciclo de Herencias Italianas que logró mantener clases virtuales en vivo con excelente repercusión. Al igual que el Museo de Ciencias Naturales, que llevó adelante su ciclo de charlas virtuales para reforzar la difusión, y el Museo del Hombre Chaqueño que semanalmente genera contenidos sobre su sala de mitología guaraní.

Algo que muchas veces no se ve, y que venimos haciendo hace años desde Patrimonio, es la carga de información en lo que llamamos Sistema de Gestión de Patrimonio (http://patrimonio.chaco.gov.ar/). Uno de sus módulos tiene que ver con el inventario de los museos de la provincia y la carga, tanto de información como de imágenes, en el mismo. De este modo, toda la población puede acceder y mirar. Esta acción fortalece la democratización del acceso a los bienes culturales. Cada espacio lo hace por su cuenta. Se está acrecentando ese sistema de patrimonio, aprovechando este tiempo de trabajo desde las casas.

 

¿Cómo explicaría la importancia social de los museos a alguien que no está habituado a concurrir a esos lugares?

Hay una visión tradicional muy arraigada sobre los museos y tiene que ver con preservar objetos materiales, que muestran una única visión del pasado. Las discusiones sobre esto vienen desde hace mucho. Debemos mirar de otra manera el lugar de los museos. No somos el lugar donde se guardan cosas viejas, sino el “para qué se guarda tal objeto”, “para qué recordar qué hechos o personas”.

Un museo tiene que ver con las memorias colectivas. Los objetos en sí mismos no dicen nada, dicen en función del contexto en que lo ponemos y cómo lo contamos. Por ejemplo, un capullo de algodón nos habla de un cultivo, pero no nos habla de las relaciones sociales e históricas que concentra ese capullo en el Chaco. Y ese mismo capullo, puesto en la Masacre de Napalpí, cambia completamente su significado y, junto con otros objetos, cuentan un relato diferente.

Los museos relatan un pasado desde la concepción del presente. Y eso define qué decidimos recordar, para proyectar colectivamente el futuro. Y todo sin perder de vista la posibilidad de aprender divirtiéndose, que es lo que tratamos de hacer cuando proponemos actividades para niñas y niños en los distintos espacios. En este sentido en el Foro expusimos el trabajo de los últimos 10 años en cuanto al rediseño de las exposiciones de las salas permanente de seis de estos museos, y que en algunos casos fue posible gracias a las obras edilicias previas.

Se habla de patrimonio material e inmaterial, ¿cómo resumirías la importancia que tiene para la cultura chaqueña algo que parece abstracto?

Patrimonio material e inmaterial son dos categorías académicas y de gestión cultural planteadas por la Unesco. El patrimonio material es más tradicional y muchas veces se refiere a los objetos de arte, a los objetos que están en los museos y a los edificios históricos.

El patrimonio inmaterial es un reconocimiento mucho más reciente, que tiene que ver con valorar las creencias, los saberes, los procesos, la técnica; no es el objeto en sí mismo, sino la sabiduría y la simbología que se trasmite con eso. Siempre tiene que ver con los objetos, pero lo inmaterial son los conocimientos colectivos sobre tales objetos. No se trata de creaciones personales, de un solo autor, sino de saberes pertenecientes a una comunidad. Como en el caso de tejido o la cestería, donde hay una técnica que se trasmite colectivamente, y eso es lo que se denomina inmaterial.

El patrimonio inmaterial viene a disputar la idea de las bellas artes, de la jerarquía cultural, donde los saberes populares tienen el mismo valor cultural en las sociedades. Saberes que nos hacen parte de un mundo, de una determinada sociedad en un momento histórico. Siempre insisto en que para la sociedad chaqueña, el gran desafío es la valoración de la diversidad histórica, de la diversidad de trayectoria e ideas políticas en nuestro territorio, de los aportes de los diversos sectores sociales. Somos una provincia joven y, en ese sentido, tenemos la posibilidad de construir una memoria más diversa, con menos prejuicios y con una mirada respetuosa de las diferencias.


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