Vidal Mario sobre el 9 de Julio: Nunca fuimos independientes económicamente

“Perón se creía un prócer similar a San Martin y tal es así que el 7 de mayo de 1952 por ley 13231 de la Cámara de Diputados, se hizo dar el título de Libertador de le República”, sostuvo.

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El escritor Vidal Mario habló acerca del 9 de julio de 1816 y la proclamación de la independencia. Hizo un paralelismo entre aquella época y un presidente paradigmático en la historia del país; Juan Domingo Perón, quien se proclamó como "el Libertador de la república”.

Es que la tal mentada independencia iniciada en Tucumán, fue solamente "de tipo administrativa y política”, con respecto del reino de España de Fernando VII, porque "técnicamente y económicamente, nunca conseguimos ni ese día ni después, la independencia en términos económicos”, consideró.

En efecto, a lo largo de la historia Argentina, "no faltaron gobernantes que sí quisieron hacer creer al pueblo que éramos libres” y mencionó a  "uno es el caso extremos”; el de Juan Domingo Perón,  que "se fue a la propia casa de Tucumán el 9 de julio de 1947 y desde allí proclamó la independencia económica de la república argentina, donde firmó el acta al igual que los próceres”.

"Perón se creía un prócer similar a San Martin y tal es así que el 7 de mayo de 1952 por ley 13231 de la Cámara de Diputados, se hizo dar el título de Libertador de le República”, sostuvo, aunque acusó que dicho título no fue más "que uno de esos muñecos de jardín para engañar pajaritos porque nunca hemos tenido independencia económica”.

En efecto, Mario asegura que cuando el general asumió, en 1945, "éramos la quinta economía del mundo, le prestamos plata a Francia, le dábamos crédito a España, le ayudamos al Vaticano, se ayudó a establecer al Estado de Israel y éramos una potencia mundial. Sin embargo, "en menos de cinco años todo eso fue historia” y explicó que la nacionalización de los ferrocarriles fue una "pésima inversión” y además Perón gastó 678 millones de dólares en querer desarrollar la bomba atómica.

Congreso de 1816

En cuanto al Congreso de Tucumán, el escritor resaltó el llamativo dato de que "la mayoría de los diputados presentes, así como Belgrano, San Martín y Pueyrredón, pretendían un rey para la Argentina, querían una monarquía al estilo europeo”.

Relató que buscando algún candidato para coronarlo en Buenos Aires, Belgrano viajó a Londres, Rivadavia a Madrid y Sarratea a Roma "y en determinado momento hasta surgió el nombre de un infante llamado Francisco de Paula, para el puesto”.

Otros, dijo, sugirieron que "el rey sea buscado en el Perú y que sea un indio descendiente de los incas”.

Lo increíble de ese movimiento monárquico, remarcó el literato, es que "muy pocos diputados se pronunciaron contra la monarquía” y que "todos los que buscaban un rey al mismo tiempo expresaban ser republicanos de corazón”.

Sumado al hecho de que la monarquía era el espíritu imperante en esa época en casi todo el mundo, señaló el entrevistado, "los que querían un rey suponían que sólo así se terminaría con la anarquía que amenazaba con destrozar a las provincias argentinas y ponía en peligro la organización política del país”.