La hipertensión arterial es el primer factor de riesgo para accidente cerebrovascular (ACV) y para infarto de miocardio. Y, en Argentina, afecta a un 36,3% de la población. Sin embargo, 4 de cada 10 hipertensos no lo sabe. Estos datos, que surgieron del estudio epidemiológico Renata 2 que se realizó el año pasado, llevaron a la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), en línea con la Sociedad Internacional de Hipertensión, a realizar durante mayo una campaña sobre conocimiento y control de la presión arterial. El objetivo: concientizar y detectar nuevos casos.
Durante todo el mes se evaluó la presión arterial de 34.534 personas, de las cuales 2.087 eran niños, y esos resultados serán analizados por separado. Pero, de los datos de 32.447 adultos que fueron controlados, resultó que el 50.8% eran hipertensos. Y del total de hipertensos, el 25,2% desconocía su situación; el 37,1% estaba tratado pero no controlado, y el 35,7% estaba debidamente tratado y controlado. “En la campaña se vio una prevalencia mayor a la reconocida en nuestro país, pero eso es atribuible a que la muestra no fue tomada al azar”, explica a Clarín el doctor Marcos Marín, secretario de la Comisión Directiva de la SAHA y coordinador de la campaña. “Lo importante es que controlamos a 16.000 hipertensos, de los cuales el 25% no sabía que lo era. Esta campaña logró además descubrir a 4.000 hipertensos”, agrega.
“El registro que logramos superó nuestras expectativas. Esto es muy importante porque la hipertensión arterial es un factor de riesgo realmente importante para la salud y no da síntomas”, afirmó la doctora Judith Zilberman, presidenta de la SAHA, que anticipa que repetirán la campaña el año próximo.
El trabajo abarcó centros de salud públicos y privados de las ciudades más importantes del país.
“El resultado es el esperable, se sabe que hay un reducido nivel de información y mucho más reducido de control del tratamiento. En promedio, sólo entre el 8 y el 20% de los hipertensos tienen controlada su presión arterial”, afirma el doctor Ramiro Sánchez, jefe del servicio de hipertensión arterial de la Fundación Favaloro, institución que también participó de la campaña y aportó sus datos a la Sociedad Interamericana de Hipertensión (MMM17). “Este es un problema grave, desde el punto de vista de salud público y epidemiológico, porque sabemos que en el mundo cada año mueren 10 millones de personas por problemas vinculados a la hipertensión”, agrega.
Aunque la presión arterial es variable, para ser considerada “normal” debería ubicarse por debajo de los 140 mmHg para la presión sistólica o máxima y 90 mmHg para la diastólica o mínima. Es decir, debajo de 14/9. Para ello, es fundamental tomar la presión con un tensiómetro validado y hacer por lo menos dos tomas con un intervalo de algunos minutos. En caso de tener la presión arterial por encima de 14/9 se debe consultar a un cardiólogo, que es quien confirmará el diagnóstico. El tratamiento consiste en adoptar determinados hábitos de vida vinculados a la vida saludable (ejercicio físico, reducir el consumo de sal, dejar de fumar) y tomar la medicación que indica el médico.
"La hipertensión es lo que mata a la gente en el mundo desarrollado", afirma el doctor Gustavo Caruso, jefe de hipertensión arterial del hospital Ramos Mejía. Y destaca que las campañas "son muy útiles para que se jerarquice el nivel de conocimiento en la población". En el caso del Ramos Mejía, se tomaron1000 registros. "Hoy tenemos pacientes que antes deambulaban sin saber que eran hipertensas, en tratamiento y con seguimiento de cada caso", dice Caruso.
La hipertensión es muy prevalente en todo el mundo. Pero en los países de niveles medios y medios bajos hay una evolución aún peor de las cifras de conocimiento y control, advierten los especialistas. "La causa es multifactorial, hay cuestiones culturales propias de las poblaciones que son muy difíciles de cambiar, también hay una cuota de inercia terapéutica, que corresponde a los médicos, que no dedican el tiempo necesario para explicarle la situación al paciente, y en Argentina hay un tema muy puntual vinculado a la ingesta de sal, que duplicamos o triplicamos el consumo diario recomendado por la OMS”, explica el doctor Gustavo Cerezo, jefe del servicio de epidemiología y prevención cardiovascular del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA). Según la Organización Mundial de la Salud, no se deberían consumir más de 5 gramos diarios, pero lo ideal sería consumir entre 3 y 3,5 gramos diarios. En Argentina, el promedio se ubica entre 9 y 11 gramos diarios.