Por ingeniero Domingo Peppo (*)
Nuestra Chaco cumple hoy un aniversario más de su conformación como territorio provincial, construido sobre las bases de una diversidad cultural y una gran riqueza natural y productiva. A 66 años de la provincialización, es nuestra tarea reivindicar nuestras raíces y continuar defendiendo nuestras virtudes y todo lo que tenemos para aportar al crecimiento de la Nación Argentina.
Esto será posible si tenemos una mirada especial, como lo supo tener la compañera Eva Duarte de Perón, quien bregó porque nuestro territorio se constituya como provincia. La provincialización fue un reconocimiento a la potencialidad de hombres y mujeres que habitaban este suelo y hoy debemos seguir reforzándola.
Es importante reconocer el trabajo de Felipe Gallardo y los compañeros de la época que debieron realizar cerca de 200 reuniones en todo el territorio para concientizar de la importancia de formar una provincia. Asimismo, valorar el esfuerzo de nuestro primer gobernador constitucional que se ocupó de crear las instituciones estatales, que hoy son ejemplo de democracia.
También debemos destacar a quienes continúan construyendo hoy, día a día la grandeza de nuestro Chaco con esfuerzo y sacrificio: desde el productor que se levanta temprano para arar las tierras hasta los trabajadores que se levantan todos los días, poniendo el pecho a una situación económica difícil, como así también a los servidores públicos que dan lo mejor de sí y se ponen la camiseta del Estado para fortalecer nuestra sociedad.
Hoy, después de 66 años, debemos continuar la lucha por un real federalismo para poder seguir en el camino de desarrollo y crecimiento. Más que nunca, debemos unirnos para defender una distribución equitativa de recursos y de los derechos indelegables que tenemos como provincia.
Nuestro Chaco tiene características especiales por su composición geográfica, nuestros recursos y por sobre todo su gente. Desde la identidad que nos caracteriza como chaqueños, debemos unirnos en la construcción de una provincia con mayores oportunidades para nuestros hermanos y en la solidificación de una patria aún más grande, que incluya a todos y nos permita seguir creciendo.
Dios nos dio un suelo bendito, pero depende de nosotros la prosperidad para llegar al Chaco que todos soñamos, un Chaco de desarrollo pleno, con valor agregado en origen, con desarrollo tecnológico, calidad educativa; en donde recuperemos los valores de nuestra sociedad, de la familia y de las instituciones sociales como clubes e iglesias, y donde nuestros niños y jóvenes tengan un mejor futuro.
(*) Ingeniero. Gobernador de la provincia del Chaco