“Las dos represas del barrio rebalsaron, el canal también, y el agua empezó a entrar a las casas. Venía el agua de todas partes. Hace dos semanas que tenemos agua adentro de la casa. Y sigue lloviendo y no sale el sol.

No termina más esto. Cuando parece que va a bajar el agua, vuelve la lluvia y empieza a subir de nuevo. Es una tristeza enorme. Para donde mirás hay agua”, contó Alejandra Ciriaco, mamá de Ismael Ramírez. Hace ocho meses una bala mató a su hijo de 13 años en un presunto intento de saqueo en un supermercado de Sáenz Peña.

La mujer continuó: “A mi hijo Gonzalo lo tengo encerrado, arriba de la cama nomás está. No va a la escuela hace semanas porque no tiene ropa seca. Ni lavar podemos porque como sigue lloviendo se vuelve a mojar todo”.

“Nuestra casa es chiquita y como mi piso es de tierra puse unos ladrillos y cartones para que tape un poco la humedad. Pero se nos mojaron los colchones, todo. Las pocas cosas que tenía se me fundieron”, relató a Revista Cítrica.

“La vida del pobre es así. Eso dicen, ¿no? Podés comprarte algo, con mucho sacrificio, pero lo perdés todo en un segundo. Y a volver a empezar. Siempre así. Y a los políticos, al Estado, a nadie le importa nada de nosotros. Ni entran al barrio”, lamentó.

“La verdad, necesito ayuda. Si me pueden ayudar con ropa, alimentos, frazadas, sábanas, lo que sea nos viene bien porque acá estamos perdiendo todo”, concluyó.

Respecto al caso por el asesinato de Ismael, no hay culpables. Mientras ella sigue pidiendo justicia, ahora pierde todo lo material, lo poco que tenía en su humilde casa del barrio Matadero se lo llevó el agua.


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