Tras un cierre histórico, el más largo del monumento después del ocurrido en medio de la Segunda Guerra Mundial, los turistas, los franceses, pueden visitar de nuevo el sitio más famoso de París pero todavía no como antes. La nueva normalidad también llegó aquí.

Los visitantes por ahora solo podrán subir hasta el segundo piso (de un total de tres), aunque solo lo pueden hacer a pie los 674 escalones y con tapabocas, todas medidas dispuestas para evitar la propagación del coronavirus, que en toda Francia causó 167.000 infectados y más de 29.000 muertes.

"Quería participar en este momento de alegría. Casi estoy llorando, pero es de felicidad. Después de estos meses difíciles esto es una gran emoción", dijo Therese, de 60 años, que llegó desde el sureste del país y quiso estar presente en la apertura de la torre, que es visitada anualmente por siete millones de personas.

Si la situación sanitaria lo permite, los ascensores reabrirán en julio, excepto aquellos, más pequeños, que llevan hasta la cumbre de la torre de 324 metros de altura. Con el mismo objetivo, se colocaron en el suelo marcas de color azul, con las que invitan a las personas a mantener al menos 1,50 de distancia entre ellas. Todos, excepto los niños de hasta 11 años, deberán llevar mascarillas para acceder a la torre.

Por la pandemia, el monumento, la Dama de Hierro, que cerró el 13 de marzo pero siguió iluminando las noches de París e incluso rindió homenaje al personal sanitario con un gran "merci" (gracias) luminoso, perdió 10,1 millones de dólares por mes, según declaraciones de Patrick Branco Ruivo, el director general de la sociedad de explotación que gestiona el edificio, construido en 1889.

Más perdidas

La crisis a causa del coronavirus afecta a todo el mundo, a toda Francia, a toda París, a todo el turismo y también a la cultura. El museo del Louvre ya registró "más de 40 millones de euros de pérdidas", 45 millones de dólares, de acuerdo con lo indicado por su presidente, que anunció un "plan de transformación".

"Está lo que pudimos constatar y lo que se puede estimar: perdimos más de 40 millones de euros entre la taquilla, el alquiler de espacios e ingresos diversos", declaró en una rueda de prensa Jean-Luc Martínez, máximo responsable del museo más visitado del mundo, con 9,6 millones de entradas en 2019.

Y las previsiones no son alentadoras. "Vamos a atravesar unos tres años de menor frecuentación", estimó Martínez, que a falta de turistas extranjeros confía en atraer al Louvre a más parisinos y habitantes de la periferia. "Perdemos 80% de nuestro público. 75% de nuestros visitantes son de origen extranjero. Como mucho, tendremos 20/30% de nuestro público este verano (respecto al precedente): entre 4.000/5.000 y 10.000 visitantes por día", indicó.

"Trabajamos con el ministro (de Cultura) Franck Riester en un plan de transformación del museo", que estará acompañado de una petición "de ayuda financiera" al Estado,que ya es el "primer mecenas" del museo.

Por otra parte, para seguir conectado, el sitio internet del Louvre, cuya frecuentación se multiplicó por 10 desde el estallido de la pandemia "se renovará por completo el año que viene" y "se colgarán todas las colecciones", explicó.

El museo reabrirá sus puertas el 6 de julio. Antes del brote recibía entre 30.000 y 50.000 visitantes por día, ahora se espera que las cifras sean mucho menores. Entre 400 y 500 visitantes podrán ingresar cada media hora. Necesitarán reservar un horario para acudir al museo, lo que puede hacerse en línea. Una vez dentro, tendrán que mantener la distancia a partir de puntos colocados en el piso. Todos deberán usar tapabocas, salvo niños mejores de 11 años.

Fuente: LA NACIÓN


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