Javier Milei se enfrentará a partir de este lunes a una coyuntura compleja que lo obligará a combinar la dureza y la flexibilidad para discutir con los mismos actores.
A horas de cumplir 100 días de gobierno, el presidente deberá convencer a los mismos protagonistas de no sumarse a la rebelión de los senadores contra el DNU que desreguló la economía, y en simultáneo abrir una negociación para que pueda aprobar la nueva -y más modesta- versión de la “Ley Ómnibus”. Son las dos medidas principales que impulsó el jefe de Estado y no pasaron el filtro del Congreso.
Del otro lado del mostrador están los mismos interlocutores, que acumulan en dosis parejas fastidio, rencor y un cúmulo de necesidades políticas insatisfechas: son los gobernadores radicales, los del PRO y los de agrupaciones provinciales -unos 18 en total- y los diputados que no integran la bancada del kirchnerismo ni de la izquierda y que tampoco tienen un comportamiento orgánico con los jefes políticos de sus distritos.
El primer mandatario habló públicamente el viernes, el sábado y el domingo y en los tres reportajes que concedió confirmó el mismo mensaje.
Que está dispuesto a defender el contenido del decreto de necesidad y urgencia que desreguló amplios sectores de la economía y la vida social, y que el nuevo proyecto de “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” es una propuesta que está abierta a sugerencias, con un único límite: “El déficit cero no se toca”.
En la entrevista que tuvo anoche con Luis Majul, en LN+, el líder libertario fue taxativo: “Estamos dispuestos a escuchar todas las discrepancias, mientras el déficit cero no se toque, que no es trivial”.
No difiere ni en las formas ni en el fondo con lo que había manifestado el día después del rechazo por aclamación que tuvo en el Senado, sobre los borradores que difundieron de Ley Ómnibus: “Es una guía, tiene un formato que se está negociando, está en discusión. Siempre con las restricciones de que tiene que haber déficit cero”. Es la cláusula, el límite.
El Gobierno difundió la semana pasada el borrador de la nueva y más corta “Ley Ómnibus” y otro texto que recogió todo el “capítulo fiscal” que se había retirado cuando en pleno enero se empantanaron las conversaciones con los gobernadores por los fondos coparticipables.
Es la reconfiguración del proyecto que Milei ordenó retirar cuando era votado en particular en Diputados y que fue el primer revés que sufrió en el Congreso. Después vino la derrota del Senado por el DNU, donde los 33 integrantes del bloque kirchnerista consiguieron el apoyo de otros 12 legisladores.
El presidente de la bancada de Unión por la Patria en la Cámara baja, Germán Martínez, confirmó que su objetivo, a partir de esta semana, será “en el menor tiempo posible juntar los votos necesarios para el rechazo” del decreto. Si ocurriera, sería la primera vez en la historia que el Congreso Nacional en pleno le rechaza un DNU a un presidente en ejercicio y esa decisión queda anulada, sin efecto.
Según explicó Martínez, su tarea estará enfocada en articular con otros bloques políticos para conseguir el quórum de 129 diputados para iniciar la sesión y, al mismo tiempo, para que esa mayoría esté dispuesta a votar en contra. “Hay que tratar de generar las condiciones para tener sesión con quórum reglamentario y mayoría para rechazarlo.
La ansiedad no suele ser una buena consejera, porque no se puede conformar una mayoría y abrir las puertas para que terminen por ratificarlo en la Cámara de Diputados”.
Milei reaccionó ante esta avanzada previsible del kirchnerismo para repetir en la Cámara baja lo ocurrido en el Senado.
“No creemos que esté caído el DNU en Diputados, pero si se cae, los que hagan caer el DNU van a llevar la misma suerte que los nombres rojos y sus caritas de lo que pasó en el Senado”, anticipó el presidente, quien aclaró que esa situación, a su juicio, “no es un escrache”.
“Las decisiones son públicas, somos funcionarios y servidores públicos, así que la gente sepa quiénes son los enemigos de la sociedad, quiénes están a favor de los privilegios y quiénes están a favor de la libertad, los vamos a exponer”, agregó el primer mandatario.
Además, adelantó que si el DNU no pasa por la Cámara de Diputados “vamos a insistir, no vamos a bajar los brazos y vamos a seguir intentando” y anticipó que está dispuesto a volver a firmar otros con el mismo contenido: “Lo podemos separar en siete partes”, dijo. Y advirtió que si se llegara a voltear el decreto y no se avanza con la sanción de la Ley Ómnibus “no tiene sentido el Pacto de Mayo”.
El lado de la flexibilidad
Diputados de la oposición que estuvieron reunidos en Casa Rosada con el ministro Guillermo Francos, el secretario de la Jefatura de Gabinete, José Rolandi, y el secretario de Interior, Lisandro Catalán, contaron que la primera pregunta que le hicieron sobre el contenido de los borradores que habían llegado a sus manos fue si iba a ser otra vez un texto cerrado y sin posibilidad de ser discutido, modificado o ampliado.
“Si mandamos un borrador es porque tenemos espíritu de diálogo y estamos abiertos a escuchar”, aseguran que respondió el ministro político de Milei.
Francos estuvo con el PRO, con la UCR, y empezó una sigilosa orfebrería política para tratar de ablandar los ánimos tensos de varios gobernadores. Esa belicosidad se pudo rastrear en los votos de rechazo al decreto de necesidad y urgencia.
De acuerdo con varias fuentes que estuvieron siguiendo ese rastro, en la Cámara de Diputados estarían dispuestos a avanzar con la discusión de la “Ley Ómnibus” y las medidas fiscales que con el DNU que viene mal aspectado del Senado.
Especulan con que podría llevarse a discutir después de Semana Santa en el mismo plenario de comisiones que emitió despacho de la primera versión de la “Ley Bases” -la que fue retirada por orden de Milei- para tener debate en el recinto en torno al 20 de abril.
Entre los gobernadores y la negociación con el PRO, los provinciales y la UCR -donde Rodrigo De Loredo hace equilibrio para mantener unido el bloque- empezarán esta semana a analizar la secuencia para el tratamiento, sobre todo si unifican en un solo texto el borrador de la Ley Bases y las medidas fiscales que recogieron el antiguo capítulo IV de la primera versión que, en diciembre, llevó el Gobierno a la Cámara de Diputados.
Sobre el proyecto que contempla las medidas económicas, donde Milei deberá tener mayor flexibilidad que nunca, está el tema del Impuesto a las Ganancias, que los gobernadores y legisladores patagónicos no quiere aprobar y los del norte sí; y el tema de las jubilaciones, que el radicalismo ya avisó que está dispuesto a forzar una recomposición urgente, para que los beneficiarios no tengan que esperar al mes de mayo o incluso junio para tener un aumento que surja de una nueva fórmula jubilatoria.
¿Habrá un DNU que aplicará de manera anticipada la fórmula ad referendum de la que surja del Congreso? Es una de las versiones que circularon con insistencia el fin de semana y que Milei negó, aunque no lo descartó de manera terminante: “Si lo tenemos que llevar en el límite, lo haríamos”. En concreto sería aplicar un aumento con base al ajuste por el Índice de Precios al Consumidor, más un empalme del 10% extra.
Contraste de proyectos
La “Ley Ómnibus” original tenía un cuerpo principal, con 386 artículos, más dos anexos con 39 empresas a ser privatizadas y otros tres anexos con el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (65 artículos), la reforma de la Ley de Defensa de la Competencia (77 artículos) y el último con los cambios en la Ley de Procesos Sucesorios no Contenciosos (43 artículos). Un plexo normativo total de 571 artículos.
En su reemplazo, el Gobierno envió la semana pasada a diputados, senadores y gobernadores dos borradores, el primero que reemplazó la “Ley Ómnibus” anterior, que incluyó 269 artículos y dos anexos con 12 empresas “privatizables”, mediante tres formatos: venta, concesión o propiedad mixta.
El segundo anteproyecto, que recogió el anterior paquete fiscal, incorporó 119 artículos. En total, 388 artículos, 183 menos que el envío que terminó siendo retirado de Diputados.
En la misma estructura de los proyectos hay diferencias evidentes que demuestra una moderación de las pretensiones reformistas.
En el primer artículo, el Gobierno retiró las emergencias fiscal, de seguridad y tarifaria de las siete que presentó en el proyecto que fracasó el mes pasado y eliminó además los artículos e incisos explicativos de esas excepcionalidades.
En el nuevo borrador de la “Ley Bases” que les envió a los opositores, el Gobierno ordenó los textos y metió dentro del articulado la Movilidad Jubilatoria, el Régimen de incentivo para grandes inversiones (RIGI) -que Milei considera clave para su gobierno- y los cambios en la Ley de Defensa de la Competencia.
Afuera quedó el título que abordaba las cuestiones de Seguridad -entre ellos el control de la protesta social-, el vinculado a la Justicia -del divorcio no contencioso a cambios en materia el régimen de propiedad intelectual-, el capítulo de la Bioeconomía, las reformas en las áreas de Capital Humano -en materia educativas y de cultura- y en las de Turismo y Ambiente, como las de Transporte.
En el texto nuevo, se incluyeron once títulos: Reforma del Estado, Contratos vigentes y acuerdos transaccionales; Consolidación de deuda; Movilidad de las prestaciones previsionales; Promoción del empleo registrado; Desregulación económica; Defensa de la competencia; Energía; Régimen de incentivo para grandes inversiones; y Disposiciones finales.
El renacido Capítulo Fiscal
Retomando y ampliando la vieja redacción del proyecto original, que tuvo 664 artículos, el proyecto recuperó y amplió el contenido del “capítulo fiscal” que el ministro Luis “Toto” Caputo retiró por la presión de los gobernadores. En el nuevo texto, que en Diputados todavía está definiendo si lo tratan juntos o separados, incluyó 119 artículos y otros once títulos.
Se trata del Régimen de Regularización Excepcional de Obligaciones Tributarias, Aduaneras y de Seguridad Social; el Régimen de Regularización de Activos; el Impuesto sobre los Bienes Personales; Impuestos Internos; Impuesto a la Transferencia de Inmuebles de Personas Físicas y Sucesiones Indivisas; Impuesto a las Ganancias; Régimen Simplificado para Pequeños Contribuyentes; Régimen de Transparencia Fiscal al Consumidor; y Otras Medidas Fiscales.
Si bien el presidente Milei defendió con vehemencia la aprobación de la “Ley Ómnibus”, reforzó la presión para que el Congreso avale el paquete fiscal. Es que en el segundo proyecto está incluido las medidas que le permitirán mantener el déficit cero. Una discusión entre las ideas y las cosas.
Fuente: Infobae