Después de la caída de varios bancos en Estados Unidos (Silicon Valley Bank y Signature Bank) y el rescate de Credit Suisse, los mercados financieros pusieron la mira sobre el Deutsche Bank, el mayor banco de Alemania.

Las acciones de los bancos de la región, que comprenden el índice de bancos Euro Stoxx 600, cayeron un 4,6% a media mañana del viernes. El alemán Commerzbank cayó un 9%, el francés Société Générale perdió un 7% y el finlandés Nordea un 9,8%.

El grupo alemán que dirige Christian Sewing se ha llegado a desplomar un 15% en bolsa este viernes, por debajo de los 8 euros, en medio de las crecientes dudas sobre su cartera de deuda y el perfil accionarial del grupo, con el fondo soberano catarí como socio más relevante (4,7%), seguido por la propia autocartera de la entidad (3%).

La capitalización del banco teutón se sitúa en 17.000 millones de euros, menos que BBVA (38.000 millones) o Caixa (28.000 millones).

Los inversores estaban especialmente preocupados por Deutsche Bank, cuyas acciones se derrumbaban el viernes un 13,7%.

Esta viernes por la mañana se conoció la decisión de Deutsche Bank de amortizar anticipadamente un bono subordinado, cuyo valor se había desplomado en las últimas semanas.

El banco acaba de completar un exitoso cambio de rumbo que ha permitido impulsar su rentabilidad. Con todo, la cotización de la firma lleva una caída en 2023 de 27%.

"Son las preocupaciones bancarias y las turbulencias las que están afectando ahora a la renta fija", dijo Jussi Hiljanen, responsable de estrategia de tasas del banco SEB.

"En general, los mercados están bastante preocupados y se centran en la posible próxima ficha de dominó", agregando que había un "flujo hacia la seguridad" que hacía subir los precios de la deuda pública.


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