El Ensayo sobre el principio de la población escrito en el año 1798 por el por el economista inglés Thomas Robert Malthus advertía por la tensión entre el crecimiento de la población y la producción de alimentos.

Ahora un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alerta que en 2022 la humanidad desperdició cada día el equivalente de 1.000 millones de toneladas de comida.

Ese cálculo es provisional y la cantidad de comida que se echa a perder "podría ser mucho más elevada", indica el Índice de Derroche Alimentario.

Mientras que en el mundo aún hay 800 millones de personas que sufren hambre, el mundo echó a perder más de 1.000 millones de toneladas de alimentos en 2022, equivalente a más de 1 billón de dólares.

Eso representa aproximadamente casi una quinta parte de todo lo que se produce, y supone "una tragedia mundial", alertó el texto.

"Millones de personas pasarán hambre hoy mientras se desperdicia comida en todo el mundo", dijo en un comunicado Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa.

Y no solamente es un fracaso moral sino también "ambiental", añadió.

El desperdicio de alimentos produce cinco veces más emisiones de CO2 que el sector de la aviación, y requiere enormes extensiones de tierra donde se cultivan alimentos que finalmente no se consumen.

El informe, elaborado junto a la organización sin fines de lucro WRAP, es el segundo sobre el desperdicio global de alimentos compilado por la ONU.

A medida que la recopilación de datos ha mejorado, la verdadera magnitud del problema se ha vuelto mucho más clara, dijo Clementine O'Connor, del PNUMA.

Los restaurantes, comedores y hoteles fueron responsables del 28% del total de derroche alimentario en 2022, mientras que el comercio minorista como carnicerías y verdulerías desechó el 12%.

Pero los mayores culpables fueron los hogares, que representaron el 60%, alrededor de 631 millones de toneladas.

Gran parte de esto ocurre porque las personas simplemente compran más comida de la necesaria, pero también calculan mal el tamaño de las porciones, y además no comen sobras, dijo Swannell.

Otro problema son las fechas de caducidad. Hay productos perfectamente buenos que son desechados porque las personas asumen incorrectamente que se echaron a perder.

El informe explica que gran parte de los alimentos, especialmente en el mundo vías de desarrollo, no se desperdician frívolamente, sino que se pierden en el transporte o se echan a perder debido a la falta de refrigeración.


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