"Si tenés un sueño y una meta, nada te puede parar. Esta cuarentena nos puso a prueba a todos, pero si vos tenés un sueño y hacés tu mejor esfuerzo, lo vas a cumplir, pase lo que pase. Yo tengo mi sueño de ir a competir al Mundial de sordos y lo voy a conseguir. Tuve la idea de construir esta pileta y lo hice, y si yo pude, todos mis compañeros también pueden. Hemos pasado momentos peores", dice, alegre y motivado, Sebastián Galleguillo, nadador sordo federado.

Luego de pasar 77 días fuera de una pileta de natación, Galleguillo se zambulló y lo disfrutó. Había ansiado tanto ese momento, había invertido tantas horas de trabajo junto a sus padres en esa pileta, que ese primer momento fue de placer, el moño que coronó todo su esfuerzo y empeño.

Como todos los nadadores argentinos, el adolescente de 18 años no estuvo al margen del aislamiento social a causa del coronavirus y sus prácticas dentro de la piscina del Polideportivo La Patriada de Florencio Varela se vieron suspendidos (y aún se mantienen paralizados). Pero sus ganas y ansiedad por volver a sus entrenamientos en el agua llevaron a su creatividad al máximo para lograr, luego de dos meses de trabajo en familia, la construcción de su propia pileta casera.

"El objetivo de esta ingeniosa pileta que construimos durante esta cuarentena surgió de un pedido que le hice a mi papá, cuando le dije que quería un lugar donde poder nadar. Nunca dejé de entrenar, siempre realicé los ejercicios de movilidad y circuitos, pero no me alcanzaba con eso para mantener mi estado físico dentro del agua.

Asique le dije '¿Cómo hacemos? ¿Puedo entrenar en una laguna?' Ahí nomás a mis papás se les ocurrió una idea muy alocada que fue hacer una pileta en mi casa de 12 metros de largo por 2 metros de ancho, y uno de profundidad. Durante la construcción, mi entrenador (Guillermo Nobre) nos guió y aconsejó cómo hacerla. Hoy en día puedo decir que la pileta está en condiciones, no 'wow', pero sí en condiciones para poder entrenar y volver ganar mi ritmo de a poco", describe entusiasmado y agradecido, Galleguillo desde su casa en Florencio Varela.

Vive en una zona rural, en un terreno grande, junto a sus padres, sus hermanos y sobrinos. Son una familia unida. Entre todos, y con la ayuda de sus vecinos, que les acercaron chapas y maderas, se las ingeniaron para el armado de la pileta y de la bomba de agua para su llenado. En un sector contiguo a la casa y debajo de una glorieta vieja que tenían montaron un cajón, que armaron con chapas y portones viejos y que sostuvieron con maderas, troncos y ramas de los árboles. A éste, lo cubrieron con un nylon que ataron con alambres. Al lado, fabricaron un sistema de llenado con un tanque de agua que consiguieron, y el cual calientan a fuego, para que el agua no esté a bajas temperaturas.

"Es una sensación muy linda, extrañaba mucho nadar aunque haga frío", describe el joven entusiasta. Además, recibió la ayuda de Alejandro Pérez, encargado del Deporte Adaptado, quien le envió un traje de neoprene para que se pueda entrenar. "Ahora me entreno más tranquilo y sin preocuparme por el frío", cuenta agradecido.

Sebastián nació con una discapacidad auditiva. Por eso sus padres siempre lo motivaron para que realizara deporte. Desde los 10 años que lo practica y a los 13 comenzó a representar al Polideportivo La Patriada en los diferentes campeonatos, tanto convencionales como los de su categoría.

Tuvo varios entrenadores en sus 18 años, hasta que la vida lo cruzó con Nobre, quien lo entrena y aconseja en su camino. Fue campeón bonaerense y de los Juegos Nacionales Evita.

En 2019, dados sus buenos resultados, decidió federarse y obtuvo muy buenos resultados. Esto lo llevó a llamar la atención de Marcela Belviso, técnica nacional de natación de la Confederación Argentina Deportiva de Sordos, y posteriormente la convocatoria al Campus 2020, junto a otros nadadores que ya forman parte de la selección.

"Tuve muy buenos resultados y tuve la posibilidad de convivir con Marcela y quienes serían mis compañeros de selección. Fue una oportunidad muy linda porque pude conocer a mis compañeros, y mucho más a Marcela, que es una gran persona", cuenta el atleta.

-¿Cual es tu sueño dentro de la natación?

-Espero tener buenos resultados una vez que se reanude toda la actividad. Ahora quiero trabajar para clasificarme por primera vez a las Sordolimpiadas, que son como los Juegos Olímpicos para los sordos. El Mundial de este año en Polonia fue cancelado, así que estoy entrenando para eso.


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