El principal acusado por el crimen del diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón declaró este miércoles y dio su versión de lo sucedido a metros del Congreso, hace ya casi dos semanas. Juan José "Cebolla" Navarro Cádiz admitió haber manipulado el arma, pero dijo que estaba demasiado borracho y drogado y que oyó las detonaciones pero no recuerda quién disparó. Aseguró, además, que no conocía a las víctimas, derribando las hipótesis iniciales.

Según consignó Clarín, el joven de la comunidad gitana reconoció que el 9 de mayo a las 6.51 estaba dentro del Volkswagen Vento de Juan Jesús "Gitano" Fernández y ambos manipulaban la pistola calibre .40 con mira láser utilizada en el ataque. "Él recuerda haber escuchado detonaciones", afirmó a ese matutino su defensor, Ramón Arigós. Lo que Navarro Cádiz dice no recordar es quién disparó. "Estaba muy borracho y drogado. Dice que llegó a su casa y se quedó dormido y al rato lo vino a buscar a su madre, lo subieron a un auto y se despertó en Montevideo", detalló el letrado.

Navarro Cádiz fue detenido cuando estaba por entrar al Hotel Ibis de la capital uruguaya, un día después del crimen. El viernes pasado fue extraditado y en un primer momento se negó a declarar. Pero después de solicitar una ampliación de la indagatoria este miércoles brindó su testimonio en la causa que lo tiene imputado como coautor de "doble homicidio agravado por alevosía y uso de arma". Por el doble crimen hay otros cinco detenidos, todos parientes o vinculados entre sí.

Más temprano, también declaró Juan Jesús Fernández. Él mantuvo su versión: que Navarro Cádiz fue quien disparó. Ratificó el nulo vínculo con las víctimas de todos los acusados, pero agregó que los Navarro tenían armas y solían usarlas, por ejemplo, disparando en la ruta.

En los allanamientos realizados el día después del doble crimen, la Policía Federal encontró la pistola calibre .40 homicida en el departamento de Navarro Cádiz y, en la casa de su madre, secuestraron un revólver calibre .32, otro .380, municiones y un rifle de aire comprimido. Pero, según el joven, el arma usada en el ataque no le pertenece.

La Policía también había detectado dibujadas en la pared "siluetas humanas" hechas con crayón con agujeros que serían de balas de aire comprimido. El padre de “Cebolla”; Miguel Navarro Fernández, negó que esos dibujos correspondieran a blancos de tiro. Según su versión, son dibujos que hicieron sus nietos y las perforaciones fueron hechas por los nenes con un martillo. También dijo que él no estaba arriba del Vento en el momento del crimen y que subió después cuando lo pasaron a buscar por su casa para contarle lo que había pasado.

Los investigadores están revisando las cámaras de seguridad, en busca de confirmar si fueron dos o tres personas las que protagonizaron el ataque en Congreso.


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