Así se titula el último documento que elaboró la Comisión de Directores Médicos de Adecra+Cedim para sentar su posición sobre el tema, frente a la falta, aún, de “evidencia de resultados”. “Existe la necesidad de tener tratamientos eficaces contra el coronavirus en humanos y el tiempo apremia pero no debe ser confundida oportunidad de prueba, o aún, uso ante falta de mejor alternativa, con prescripción obligatoria de plasma por su supuesta eficacia. Es nuestro deber levantar una voz de cautela”, afirmaron.

Apoyados en “las líneas de investigación en marcha en nuestro país, los interrogantes que todavía quedan y algunos datos científicos internacionales ya alcanzados” en cuanto al uso de plasma de convalecientes como tratamiento para la COVID-19, la Comisión de Directores Médicos de la cámara nacional que nuclea a clínicas, sanatorios, hospitales privados, centros de diagnóstico y tratamiento ambulatorio manifestó, en un documento, su visión médica y ética al respecto. “El uso de plasma de convalecientes se encuentra en estudio para establecer si aporta superiores resultados y reduce el riesgo de muerte”.

“Es nuestro deber levantar una voz de cautela, ya que generar expectativas sin sustento en la evidencia de resultados es médica y éticamente inaceptable”, resaltaron desde esta Comisión, que representa a los responsables técnicos de clínicas y sanatorios de gestión privada en todo el país.

Dentro de las investigaciones en curso, “que incluyen la iniciativa del Ministerio de Salud de la Nación -Resolución 783/2020-”, el informe destacó que “la Dirección de Sangre y Medicina Transfusional de la Cartera de Salud nacional y la Asociación Argentina de Hemoterapia, Inmunohematología y Terapia Celular, en un documento conjunto, no recomiendan el uso compasivo del plasma de convalecientes, reiterando que resulta imperioso continuar y fortalecer la culminación de los ensayos clínicos en desarrollo”.

En este sentido, los directores médicos ampliaron: “El uso de plasma de convaleciente es una posible terapia en fase experimental, cuya eficacia y efectividad hasta ahora no se ha demostrado, y en idéntico sentido es considerado en los protocolos de atención a pacientes con COVID-19 emitidos por las autoridades sanitarias”.

Asimismo, advirtieron que “si bien es una atractiva idea desde el punto de vista fisiopatológico, en el caso de la pandemia por coronavirus restan muchas preguntas sin responder” y, entre los interrogantes, mencionaron: “¿Por qué, con los métodos actuales, en algunos pacientes recuperados no se detectan anticuerpos? ¿En los pacientes con anticuerpos detectados son todos neutralizantes, es decir, efectivos contra el virus? ¿En los pacientes con anticuerpos neutralizantes, qué cantidad de plasma contiene una cantidad suficiente?”.

También detallaron que “el recurso de plasma es finito, no factible de ser fabricado, y su seguridad depende de la calidad de las pruebas para detectar otros virus o bacterias, incluyendo técnicas de biología molecular”.

“Existe la necesidad de tener tratamientos eficaces contra el coronavirus en humanos y el tiempo apremia pero no debe ser confundida oportunidad de prueba, o aún, uso ante falta de mejor alternativa, con prescripción obligatoria de plasma por su supuesta eficacia. El principio de no dañar prima siempre, y los tratamientos de enfermedades graves no pueden basarse en creencias o ilusiones sino en hechos”, resumieron.

Algunos datos científicos

Adecra+Cedim citó en el informe algunas de las principales conclusiones de la literatura médica disponible hasta el momento:

“Un estudio publicado por el Grupo de Hematología de la Colaboración Internacional Cochrane concluye que es incierta la efectividad del plasma de convaleciente para pacientes internados por COVID-19, teniendo un muy bajo nivel de certeza la evidencia sobre eficacia y seguridad de esta terapia”.

“Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, país con el mayor número de afectados en el planeta, establecen falta de evidencia ni a favor ni en contra del uso de plasma, reservando la posibilidad de su uso compasivo, es decir, intento entre los últimos recursos”.

“Un documento publicado en el sitio web de la Sociedad Americana de Hematología refiere que el rol del tratamiento con plasma de convalecientes es poco claro pues todos los enfermos recibieron al menos un tratamiento adicional, incluyendo antivirales, antibióticos, antimicóticos y corticoesteroides”.

“La seguridad del tratamiento parece avalada por un estudio sobre 20 mil pacientes en el marco del programa de acceso extendido a plasma de convalecientes de COVID-19 de la FDA (Food and Drug Administration) norteamericana. Los autores sugieren además que este tratamiento, administrado tempranamente a pacientes hospitalizados por COVID-19, podría reducir la mortalidad”.


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