jueves 20 de noviembre, 2025

Estados Unidos impulsa un nuevo plan de paz para Ucrania mientras el secretario del Ejército de Trump visita Kiev

20 de noviembre 2025

La administración Trump está renovando los esfuerzos para poner fin a la guerra en Ucrania, con el enviado especial Steve Witkoff impulsando discretamente un plan de paz revisado que contiene algunas disposiciones a las que se opone Kiev y altos funcionarios militares estadounidenses asumiendo una inusual misión diplomática en la capital ucraniana, según personas familiarizadas con los acontecimientos.

El secretario del Ejército, Dan Driscoll, quien encabeza la delegación, es el funcionario de mayor rango del Pentágono que se sabe que ha visitado el país devastado por la guerra desde el regreso del presidente Donald Trump a la Casa Blanca este año.

Su llegada a Kiev el miércoles se produce tras una reunión secreta celebrada en Miami el pasado fin de semana entre Witkoff y altos asesores del presidente de Ucrania, Volodimyr Zelensky, según indicaron fuentes que, al igual que otras, solicitaron el anonimato para poder hablar sobre las negociaciones.

Sin embargo, un avance parece improbable. Una persona familiarizada con los esfuerzos de Witkoff afirmó que la última propuesta del gobierno incluye varias concesiones que Zelensky tendrá dificultades para aprobar, entre ellas una pérdida significativa de territorio y límites estrictos al ejército ucraniano.

Al mismo tiempo, Zelensky se ha visto debilitado por un importante escándalo de corrupción que ha involucrado a varios de sus colaboradores cercanos, lo cual, sumado al agotador ritmo de los ataques militares rusos, podría dejar al líder ucraniano con pocas opciones viables, mientras los funcionarios estadounidenses ejercen mayor presión sobre él para que acepte un acuerdo que ponga fin a la guerra.

El secretario de Estado Marco Rubio respaldó públicamente el nuevo impulso diplomático el miércoles por la noche, escribiendo en redes sociales que “poner fin a una guerra compleja y mortífera como la de Ucrania requiere un amplio intercambio de ideas serias y realistas” y que lograr “una paz duradera exigirá que ambas partes acepten concesiones difíciles pero necesarias”.

No quedó claro de inmediato si el viaje de Driscoll guardaba relación con las negociaciones de Witkoff, ni de qué manera. Un alto funcionario de la administración indicó que el secretario del Ejército, quien viaja acompañado de dos generales estadounidenses de alto rango, transmitirá sus conclusiones a la Casa Blanca.

Portavoces de la Casa Blanca, la Presidencia de Ucrania y la Embajada de Ucrania en Washington no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre los acontecimientos. Portavoces del Departamento de Estado tampoco respondieron al ser consultados sobre la propuesta de Witkoff.

Un funcionario de defensa estadounidense declaró que, en Ucrania, Driscoll explorará “los esfuerzos para poner fin a la guerra”. El funcionario describió el viaje como una “misión de investigación”, pero se negó a decir con quién se reuniría la delegación estadounidense dentro del gobierno ucraniano ni cuál sería el contenido de esas reuniones.

El último intento por lograr un alto el fuego se produce tras la cumbre infructuosa de Trump con el presidente ruso Vladimir Putin durante el verano. El esfuerzo del gobierno estadounidense por continuar las conversaciones con una segunda reunión bilateral, que debía celebrarse en Budapest, fracasó debido a las exigencias, calificadas de irrealistas y maximalistas, de Putin, según funcionarios estadounidenses.

El plan impulsado por Witkoff el fin de semana pasado incluía varias propuestas que el gobierno de Zelensky consideró inviables, como reducir a la mitad el tamaño del ejército ucraniano y ceder territorio en Lugansk y Donetsk que actualmente no está bajo control ruso, según una fuente cercana al asunto. Esto representaría “una capitulación total de Ucrania, y Zelensky no está dispuesto a aceptarlo”, afirmó dicha fuente.

No estaba claro si el plan de Witkoff contenía elementos distintos de los ya rechazados por Ucrania.

Tras haber amenazado a principios del verano con imponer nuevas sanciones contra Rusia si no aceptaba un alto el fuego, Trump optó por celebrar la cumbre de agosto en Alaska con Putin.

Diplomáticos europeos informados por Trump después de la reunión afirmaron que Putin exigió la concesión de todo el Donbás, territorio fronterizo que comprende Lugansk y Donetsk. Cuatro días después de la reunión de Alaska, Zelensky declaró, tras hablar con Trump, que la ocupación total del Donbás era inaceptable.

Cuando los periodistas le preguntaron a finales del mes pasado si había exigido a Ucrania que cediera el Donbás, Trump respondió: “Creemos que lo que deberían hacer es detenerse donde está la línea de batalla ahora mismo… Creo que Rusia ya se ha apoderado del 78% del territorio. Que se quede como está. Ya negociarán algo más adelante”.

Días después, Trump declaró estar descontento con Putin e impuso nuevas sanciones a dos de las mayores petroleras rusas, Rosneft y Lukoil. El domingo, Trump afirmó que le parecía bien el proyecto de ley del Senado que impondría sanciones secundarias a los socios comerciales de Rusia.

Trump, cuya costumbre de mostrar deferencia hacia el líder ruso le ha valido duras críticas en gran parte de Europa y en Washington, reconoció el miércoles que lo que antes consideraba un conflicto “fácil” de resolver había resultado ser, de hecho, bastante difícil. Pareció culpar al Kremlin por ello. “Estoy un poco decepcionado con el presidente Putin en este momento”, dijo Trump.

Mientras tanto, en Kiev, un importante escándalo de corrupción ha sacudido al gobierno de Zelensky, lo que podría presionarlo para que renuncie o acepte un acuerdo de alto el fuego que la mayoría de los ucranianos consideraría inaceptable.

El escándalo se centra en un esquema de sobornos multimillonario que ha implicado a aliados cercanos del presidente, incluido su principal asesor de seguridad nacional, Rustem Umerov, quien, según fuentes cercanas al caso, estuvo entre los funcionarios que se reunieron con Witkoff en Miami.

Un portavoz de la oficina presidencial de Ucrania no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre Umerov.

Zelensky estuvo en Ankara el miércoles para reunirse con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y tratar temas de paz. Tatiana Stanovaya, investigadora principal del Centro Carnegie Rusia-Eurasia, afirmó que, al parecer, el viaje podría deberse a la creciente presión que enfrenta por las investigaciones de corrupción. «Cabe preguntarse», dijo, «si esto habría ocurrido de no haber existido este escándalo».

Se prevé que Kiev pierda pronto a un aliado clave en Washington. Keith Kellogg, el general retirado de tres estrellas a quien Trump nombró enviado especial para Ucrania y Rusia, dejará la administración en los próximos meses, según fuentes cercanas al asunto. Kellogg ha manifestado a funcionarios que se siente excluido del proceso de formulación de políticas, según una persona que ha trabajado directamente con él.

Su partida, informada previamente por Reuters, supondría un duro golpe para Ucrania, ya que ha sido uno de los defensores más eficaces de Kiev dentro del gobierno. Si bien Kellogg se ha sentido frustrado por su capacidad para influir en la política estadounidense, también ha logrado reunirse con Trump en varias ocasiones, una ventaja poco común para los republicanos que apoyan a Ucrania.

Aún no se conocen el alcance ni la importancia de la visita de Driscoll a Ucrania. Viaja acompañado del general Randy George, jefe del Estado Mayor del Ejército, y del general Christopher Donahue, máximo responsable militar del Ejército en Europa, según informó un funcionario de defensa estadounidense.

Este veterano del Ejército, de 38 años, es amigo personal y excompañero de clase en Yale del vicepresidente JD Vance. Se le considera una figura en ascenso dentro del gobierno de Trump.

Como secretario, se ha centrado en intentar potenciar al Ejército para la guerra del siglo XXI, prestando especial atención a la proliferación de drones en el conflicto de Ucrania, junto con los avances en inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes.

Driscoll se ha aliado con altos mandos del Ejército en su intento por reformar la institución, y en ocasiones ha sido objeto de ataques políticos por parte de sectores de la extrema derecha, incluida la influyente activista Laura Loomer, quien se quejó de que no se había esforzado lo suficiente por alinearse con Trump. Ha sobrevivido a la controversia, en parte gracias a la confianza que ha forjado con Vance y otras personas cercanas al vicepresidente, según fuentes familiarizadas con el asunto.

En las últimas semanas, los funcionarios de la administración habían dado escasas señales de actividad en las conversaciones sobre Ucrania. Rubio declaró a la prensa en los últimos días que Estados Unidos había llegado a la conclusión de que Rusia en realidad no deseaba la paz. “Han planteado una exigencia que Ucrania no puede aceptar, y esa es la situación actual”, afirmó la semana pasada.

Funcionarios rusos habían ofrecido valoraciones similares. Al ser preguntado sobre las informaciones previas de prensa acerca de las negociaciones, publicadas por Axios y Politico, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró a los periodistas que “hasta el momento no hay nada que añadir a lo que se discutió en Anchorage”.

Kirill Dmitriev, director del fondo soberano de Rusia e interlocutor clave del Kremlin, se mostró optimista en redes sociales, compartiendo informes sobre sus conversaciones con Witkoff el mes pasado. Dmitriev no respondió a la solicitud de comentarios.

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