La Global Sumud Flotilla avanza ya por aguas internacionales en dirección a la Franja de Gaza.
A última hora del martes, la organización informó que había alcanzado una zona situada a unas 150 millas náuticas de la costa, el mismo punto a partir del cual las fuerzas israelíes han interceptado a otras embarcaciones humanitarias similares en el pasado.
El comunicado difundido por la flotilla a través de su canal de Telegram avisa que “en este punto de navegación, cerca de las 150 millas náuticas, nos encontramos con que se entra en una zona de aguas internacionales en las que Israel ya asaltó anteriores barcos de la Flotilla de la Libertad”. Desde la organización denuncian la “pasividad” de la comunidad internacional y la falta de protección efectiva en su trayecto hacia territorio palestino.
Furor “podría llegar tarde, cuando Israel haya vuelto a cometer otro acto de piratería”
En paralelo, se mantiene la preocupación por la llegada de ‘Furor’, la fragata de la Armada española, que, según la Flotilla, “sigue navegando a una velocidad de crucero que apenas alcanza la mitad de su capacidad máxima, por lo que no llegará a la flotilla hasta este miércoles a mediodía en el mejor de los casos”.
Advierten de que este retraso podría dejar a la tripulación desprotegida: “Podría llegar tarde, cuando Israel haya vuelto a cometer otro acto de piratería en aguas internacionales ante la pasividad de los gobiernos, que no han ofrecido una protección ‘a priori’ ni con garantías ni a tiempo”.
La situación se complica aún más tras la comunicación recibida por parte del Gobierno italiano: su fragata desplegada en la zona se prepara para lanzar una llamada por radio, ofreciendo a la tripulación de la Flotilla la “oportunidad” de regresar a la costa y abandonar la misión. El mensaje ha sido interpretado por la organización como una forma de presión. “El barco italiano coacciona y nos abandona”, señalan.
En su valoración, acusan: “Esto es un intento de desmoralizar y fracturar una misión humanitaria pacífica que los gobiernos no han asumido, a pesar de que es su silencio y complicidad lo que ha conducido a este escenario. Esto es cobardía disfrazada de diplomacia.
Si Italia realmente quisiera proteger vidas, no estaría actuando como facilitadora de Israel ni presionaría a los civiles para que se retiren”. Para la organización, la función de la nave italiana debería ser “garantizar el paso seguro de voluntarios civiles pacíficos a Gaza, hacer cumplir el Derecho Internacional y entregar suministros vitales”. “Queremos dejarlo claro: esto no es protección, es sabotaje”, insisten.
El Gobierno valora que las vidas de los integrantes “tienen que estar por encima” de la misión, que considera “encomiable y legítima”
Los participantes en la flotilla insisten en que todos son conscientes de los riesgos, pero mantienen que permanecer en silencio frente a la situación en Gaza es “mucho más peligroso que navegar transportando ayuda humanitaria”.
El comunicado describe cómo, según los miembros de la expedición, la escolta italiana los conduce hasta el punto crítico y después los insta a separarse, “devolviéndonos a la costa con las manos vacías, mientras Israel continúa masacrando y privando de comida al pueblo palestino con total impunidad”. “La flotilla sigue adelante y la Marina italiana no detendrá esta misión”.
Subrayan que la exigencia humanitaria de romper el bloqueo “no puede ser minada” y que cada milla náutica recorrida y cada amenaza afrontada pone de relieve “lo que los gobiernos no han hecho y lo que la sociedad civil se ve obligada a hacer”.
Mientras tanto, el Gobierno español ha trasladado a los integrantes de la flotilla que el buque de salvamento marítimo se encuentra ya en radio operativo de apoyo para posibles operaciones de rescate, aunque no puede entrar en la zona de exclusión establecida por el Ejército israelí, ya que “pondría en riesgo la integridad física de su tripulación y de la propia flotilla”.
Las autoridades de Moncloa han recomendado “encarecidamente” a la flotilla que no acceda a esta zona, señalando que su propia seguridad debe estar por encima de cualquier otra consideración. “La misión de la flotilla es encomiable y legítima, pero las vidas de sus integrantes tienen que estar por encima”, han remarcado desde el Ejecutivo.
El ejército israelí se prepara para interceptar la flotilla y hundir algunos barcos
A última hora del martes, la emisora pública israelí Kan comunicó que el Ejército de Israel se encuentra preparado para interceptar el convoy.
Entre las medidas previstas, los mandos israelíes contemplan el hundimiento de algunos barcos, ante la dificultad de remolcar la totalidad de las embarcaciones hacia puerto.
Según la información difundida por Kan, la operación incluye la intervención de los comandos Shayetet 13 para tomar el control de las embarcaciones y agrupar a los más de 500 activistas en buques militares con destino al puerto de Asdod. Allí, los integrantes de la flotilla serían sometidos a interrogatorio y posteriormente deportados.
La radio pública señaló también que, debido al gran número de unidades - unas cuarenta -, no será posible remolcarlas todas, motivo por el cual algunas serían hundidas en el mar después de la detención de sus tripulantes.
De acuerdo con el Times of Israel, 600 policías participarán en el traslado de los tripulantes desde el puerto de Ashdod a una instalación en el sur israelí, para después deportar a todo aquel que acepte esa resolución a lo largo de la tarde del jueves.
Según Channel 12, quien se niegue a ser deportado quedará en manos del Miniterio del Interior, que utilizará un tribunal especial conformado en la cárcel de Ketziot para tomar cualquier decisión respecto al futuro de los tripulantes. Por su parte, el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, acusó a los participantes de la flotilla de “orquestar provocaciones”.
“El objetivo debe ser reducir la tensión, no orquestar provocaciones, como la flotilla de Hamas-Sumud”, escribió el ministro en la red social X.
De acuerdo con el medio israelí Ynet, las autoridades del país insisten en su intención de evitar una escalada pero aseguran estar preparados para todos los escenarios posibles debido a la magnitud de la flotilla.
Un alto cargo señaló que la operación es “mucho más compleja” que intervenciones previas como la realizada sobre la expedición humanitaria del Madleen el pasado mes de junio.
“Esto no es el Mavi Marmara”, afirmó un funcionario (en referencia al asalto mortal de 2010 a una flotilla liderada por Turquía), “pero no se puede descartar el riesgo de armas o provocaciones”.
En la misma línea discursiva, el Ministerio de Asuntos de la Diáspora ha vinculado la flotilla con Hamás, al igual que Gideon Saar, desde cuyo ministerio aseguran haber encontrado documentos que demuestran la “participación directa” del Movimiento de Resistencia Islámica en la organización de la misión.
Los documentos “muestran una relación directa entre los líderes de la flotilla y Hamás”, especialmente, dicen, con la Conferencia Palestina para los Palestinos, que consideran el brazo exterior del grupo y desde 2021 está catalogada como grupo terrorista en Israel.
A lo largo de la madrugada del miércoles, la organización informó a través de su canal de Telegram sobre una “actividad de drones en aumento sobre la Flotilla” y, más entrada la noche, sobre “embarcaciones no identificadas” que "se aproximaron a varios barcos de la Flotilla, algunas con sus luces apagadas.
Los participantes aplicaron los protocolos de seguridad en preparación para una intervención”.
Poco antes de las 04.00 (hora española), sin embargo, las embarcaciones “se alejaron de la flotilla”, por lo que, según informaron en directo a través de Instagram, redujeron “el nivel de alerta”, añadiendo que “no es probable” que la Armada israelí volviese a realizar una aproximación durante la noche. “Continuamos navegando hacia Gaza”, cerca ya de la línea de 120 millas náuticas hasta la Franja.