Omar Reygadas, uno de los 33 mineros chilenos que fueron rescatados con éxito luego de permanecer 70 días bajo tierra, tras el derrumbe de una mina de Copiapo, en Chile , en 2010, destacó que si bien es difícil mandarles un consejo a los 12 adolescentes y su entrenador -quienes se encuentran atrapados en una cueva inundada al norte de Tailandia - les diría que se mantengan firmes, que se mentalicen en su rescate y "que piensen solamente en que van a salir a encontrarse con sus familias".

"Me parece que es algo terrible para ellos, son pequeños, pero yo creo que son muchachos con mucha fuerza y van a lograr estar enteros para cuando les toque la salida", aclaró Reygadas en relación a la situación que están atravesando los niños tailandeses. Además, explicó que ahora "todo depende del entrenador. "Si es una persona motivadora, creo que los va a motivar para que se mantengan en buen estado y con fuerza para salir y esperar el momento de ser rescatados", destacó al respecto.

La mina San José, en el interior del desierto de Atacama, se derrumbó el 5 de agosto de 2010 y Reygadas y sus 32 compañeros lograron ser rescatados a mediados de octubre. Permanecieron encerrados en el fondo de una mina en el desierto de Copiapó, ubicado a 800 kilómetros al norte de Santiago, a casi 700 metros bajo tierra y pudieron ser liberados en el interior de una cápsula especialmente construida para ellos, que subió verticalmente por un estrecho túnel.

Lo cierto es que luego de haber encontrado con vida ayer a las 13 personas -12 adolescentes y su entrenador de fútbol-, un atisbo de felicidad y esperanza invadió a la sociedad Tailandesa. "Gracias a todos los tailandeses, gracias a todos los extranjeros, todo el mundo es un héroe y todos se ayudaron unos a otros ", dijo el primer ministro Prayuth Chan-ocha a periodistas.

El estado de los chicos es bueno. Aunque se encuentran debilitados, sólo presentan heridas menores. Pero el rescate se anuncia complicado y se barajan varias hipótesis, entre las que se encuentra enseñarles a bucear.

Los socorristas estiman que la evacuación a partir de este martes es poco probable, pero están atentos a la evaluación que hagan los médicos-buzos destacados junto a ellos en la gruta. La primera etapa es hacerles recuperar las fuerzas, ya que los chicos no comen desde hace varios días. Aun así, su alimentación debe ser progresiva para evitar las náuseas.

Los rescatistas han dicho que por ahora sería más seguro darles suministros mientras están en la cueva, en lugar de intentar que buceen. Sin embargo, esperar que el nivel del agua disminuya podría tomar meses, dado que la temporada de lluvias de Tailandia dura hasta octubre.

Reygadas dijo a los chicos que no tengan vergüenza de sentirse asustados e insistió: "Nosotros también estuvimos asustados, también nos corrieron nuestras lágrimas. Siendo hombres adultos, lloramos". En ese sentido, señaló que el llanto "es un buen camino, un desahogo para ellos si están asustados".

Incluso, dedicó unas palabras para los rescatistas, para los buzos que la noche del lunes lograron llegar hasta el pequeño islote donde están ubicados los 12 jóvenes de entre 11 y 16 años y su entrenador. "Trabajen con fe, con confianza, que su trabajo es lo que va a lograr sacar a esos muchachos. Tienen que hacerlo con el alma y el corazón, como trabajaron nuestros rescatistas acá en Chile", señaló.


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