Después de pasar ocho años en un convento, Yudy Pineda decidió hacer un rotundo cambio en su vida. Primero dejó los hábitos por amor y, con el tiempo, tuvo que buscar una forma de ganarse la vida. Internet le dio la respuesta: ahora trabaja como actriz erótica frente a cámaras, también conocidas como webcams.

La decisión de abandonar los hábitos llegó por amor a un profesor que les daba catequesis a los niños que iban a tomar la primera comunión. Entonces, a los 18, se fue a vivir a Medellín y allí conoció a un hombre que creó una “universidad” para preparar modelos para webcams. Fue contratada y ahora se dedica a desnudarse y a hacer sensuales escenas frente a las cámaras.

Sin embargo, nunca dejó de ir a la iglesia. “Primero me sentía mal, pero la verdad, ya no. Me siento súper bien, siento mucha paz, mucha tranquilidad cuando estoy allá. Trato de entrar lo más decente que pueda y no falto los viernes al grupo de oración, los sábados de vigilia y los domingos a la misa”, contó Pineda, quien gana más de 2.500 dólares trabajando unas 40 horas cada 15 días


COMPARTIR