Un escritor de España analiza el libro “El Jesús de la historia”, de Vidal Mario

23 de mayo 2023

Fernando Mesquida Garrido difundió un exhaustivo análisis sobre el libro “El Jesús de la historia” de Vidal Mario y que fuera presentado el pasado 9 de mayo en Granada. “Alguien que para escribir un libro viaja a tres países, ya de entrada merece mi atención y consideración”, sostiene.

Fernando Mesquida Garrido, oriundo de Palma de Mallorca, es licenciado en Psicología y especialista en Psicología del Lenguaje. Como escritor, publicó “Un mar de rosa y oro”, “Luces de Bengala” y “Un voluntario en el corazón de la India”.

En Granada, acaba de difundir un exhaustivo análisis sobre del libro “El Jesús de la historia” que Vidal Mario presentó el pasado 9 de mayo en dicha ciudad española.

Los tramos sobresalientes de su tesis sobre esa obra del escritor chaqueño son los siguientes:

“Alguien que para escribir un libro viaja a tres países, ya de entrada merece mi atención y consideración.

El escritor argentino-paraguayo Vidal Mario dejó en tres oportunidades su habitual lugar de residencia en el nuevo mundo para viajar al viejo en busca de nuevas claves y sentidos que le posibiliten ofrecernos una novedosa visión de la figura más grande de la humanidad: Jesús.

India, Egipto e Israel, han sido los escenarios en los que el escritor se ha adentrado para encontrar su personal epifanía de arqueólogo de tesoros ocultos, que le permitió mirar más allá de la historia convencional que nos ha llegado de la figura del Galileo. Recorrió países que están estrechamente vinculados con la perspectiva de los evangelios que ofrece su obra “El Jesús de la historia”.

Es un escritor cuya admiración y atracción por la figura de Jesús se remonta a sus tiempos juveniles.

Empezó a desarrollar su devoción por él a los 13 años, a través de su participación en un movimiento cristiano.

Leía con interés los textos bíblicos, pero a los 17 años polemizó con el pastor de su congregación sobre las cartas que, según el Apocalipsis, Jesús envió a siete iglesias ubicadas en la actual Turquía.

El autor se respalda a la duda (origen del conocimiento) y a su vocación de investigador para poner en cuestión la versión oficial sobre el llamado Mesías y alcanzar su objetivo de ofrecernos su visión del mismo, una visión a su juicio más cercana a la verdad de los hechos.

Lo suyo es un reto muy ambicioso. ¿Podrá ofrecernos una versión alternativa de la historia de Jesús tan suficientemente convincente como para sustituir la versión comúnmente aceptada?

Al margen de la discusión histórica de lo que realmente haya sido y sucedido con Jesús, opino que siempre quedará la fuerza y carácter imperecedero del mensaje social y humano que él nos legó. Y también el entusiasmo y trabajo de un escritor por contribuir a enriquecer el conocimiento de ese personaje inigualable.

Un autor controvertido

Vidal Mario es un autor controvertido, hasta el punto de que en Nazaret no se le permitió presentar otro de sus libros, “La espada asesina”, sobre la Biblia.

Hubiese sido de sumo interés conocer las razones de tal prohibición y si se le ha permitido su turno de réplica al objeto de conocer si tales razones han sido convincentes para él y, en caso de que no lo hayan sido, también conocer las razones para ello.

¿Qué pudo haber motivado tal prohibición? Lo pregunto con y desde el mismo espíritu crítico con el que también analizo la obra de este autor. La discusión no puede faltar, es la discusión lo que le hace avanzar a uno en la búsqueda de la verdad.

Para este autor sudamericano, que se define como un periodista que cuenta historias, la mayoría de las historias oficiales no son otra cosa que mentiras acordadas.

Teniendo en cuenta este pensamiento suyo, la honestidad de su personalidad y su trayectoria tan internacional y viajada, considero que vale la pena adentrarme en el conocimiento de un libro al que el escritor ha dedicado más de tres años de investigaciones.

Un libro-objeto de discusión

Hay que reconocer la valentía de Vidal Mario de venir a presentar un libro como éste en una ciudad donde funciona una antigua facultad de Teología y que se caracteriza por su fidelidad a la tradición.

No soy teólogo, ni historiador, ni versado en la historia de Jesús, por lo que las apreciaciones de este artículo solamente tienen por objetivo ir al encuentro de personas más conocedoras de la materia y capaces de aquilatar en sus justos términos mis comentarios y las tesis planteadas en el libro, redundando ello en una mejor comprensión y ampliación de horizontes del mismo.

Escribir sobre un autor prohibido me lleva a ser lo más exhaustivo posible y andar con pies de plomo. Es que, probablemente, sus obras hayan sido prohibidas desde planteamientos ideológicos y religiosos que también merecen respeto.

Deseo contribuir al esclarecimiento de la verdad, provenga de quien provenga. Mi posicionamiento y actitud es simplemente y solamente promocionar el libro de Vidal Mario como objeto de esclarecedora y enriquecedora discusión.

El libro en cuestión debe ser tomado como una invitación al encuentro y la confrontación de ideas, y sería muy interesante que personas versadas en teología e historia de las Escrituras entablen un fructífero diálogo a partir de ésta obra.

Por ello, soy el primero en lamentar que en el acto de presentación del libro en Granada el autor no contara entre su audiencia con alguna de estas personas.

La presencia de los mismos hubiera podido contribuir a un mayor acercamiento a la verdad histórica que persigue nuestro escritor, en quien he apreciado una actitud de incesante buscador de versiones alternativas de la historia que se ajusten a la veracidad y autenticidad de lo que realmente aconteció.

Su motivación y su estilo

El estilo de Vidal Mario es indagar con toda la fuerza de su curiosidad y con lo mejor de un espíritu periodístico que siempre se debe a la verdad. Él mismo ha tenido la honestidad de reconoce que no es historiador de profesión sino “un periodista que cuenta historias”.

Sin embargo, salta a la vista que lo mueve una vocación sin par en procura de ofrecernos las mejores cosechas de sus investigaciones.

Vino a Granada a presentar un libro pleno de datos y detalles históricos que él sabe interpretar desde su mirada analítica y gusto por el pormenor histórico. Quizás sea éste uno de los grandes méritos plasmados en “El Jesús de la historia”.

El incansable escritor emprende su misión con pasión y entusiasmo, viajando y consultando antiguas fuentes con la esperanza de llegar a buen puerto en sus conclusiones.

Ortega y Gasset decía que la cortesía del filósofo es la claridad. A pesar de la ingente y abrumadora cantidad de datos aportados que en el caso de otros podrían llevar a la obra a una lectura difícil y farragosa, Vidal Mario sale airoso con su estilo diáfano y directo, articulado en párrafos cortos y directos que facilitan la lectura y su comprensión. Su gran capacidad analítica le permite descubrir las contradicciones de las diferentes fuentes que ha contrastado.

Las fuentes bibliográficas en las que el escritor basa su obra, en su momento tampoco han estado exentas de controversias, pero ello no ha de restar mérito a su trabajo. Lo que debe valorarse es el ponderable esfuerzo que ha hecho por ofrecernos una nueva hermenéutica de textos capaces de llevarnos a nuevas perspectivas para la discusión y el esclarecimiento.

Jesús: ¿Nazareno o de Nazaret?

“Jesús de Nazaret” es un término que ha originado innumerables estudios. Baste recordar “Jesús de Nazaret” de Joseph Ratzinger, o papa Benedicto XVI, que es una mirada de Jesús desde la perspectiva de un teólogo perteneciente a la línea ortodoxa.

Vidal Mario afirma, sin embargo, que en los tiempos de Jesús no existía ninguna ciudad llamada Nazaret, que fue un error de traducción de quienes pergeñaron el llamado Nuevo Testamento, que el término correcto es Jesús el Nazareno, no de Nazaret.

Contraviene, así, la versión oficial y genera polémica, algo que, por otra parte, forma parte de la historia humana. La humanidad siempre ha contado con versiones alternativas o heterodoxas que al fin y a la postre han podido llegar a imponerse.

Por la inexistencia pública de datos sobre él, Vidal Mario denomina a Jesús como “el conocido más desconocido del mundo”, y en la contraportada del libro señala que tres siglos después de su muerte, el Imperio romano sepultó para siempre la verdad sobre su historia y sus enseñanzas.

Plantea que Jesús era galileo, de Galilea, no hebreo, como lo establece la tradición. Insiste repetidas veces que no era “de Nazaret” sino nazareno, término que los judíos daban a los esenios, que no profesaban su religión y pertenecían a una escuela secreta.

Todo esto constituye el primer aserto para una polémica que deja abierto el debate para que los más estudiosos y expertos en la materia, establezcan su consenso o réplica con el autor, y podamos así avanzar en el camino de la verdad.

Hay un sentir cada vez más generalizado de que efectivamente las enseñanzas de Jesús han llegado hasta nuestros días envueltas en interpretaciones que han tergiversado su mensaje original.

Recientemente, tuve un interesante diálogo con un sacerdote, ocasión en que el mismo se refirió a las enseñanzas y figura de Jesús con la siguiente metáfora:

El primigenio y prístino mensaje de los evangelios es como una bola de nieve de blanca pureza que desciende por la falda de una montaña, haciéndose cada vez más grande y arrastrando a su paso materiales que la ensucian y transforman, llegando a ser muy diferente de la que se originó en la cúspide de la montaña.

Lo que Vidal Mario pretende es eso: ir desbrozando la maleza que ha sepultado al verdadero Jesús.

Enseñanzas de avanzada

Además de referirse a los viajes de estudio y preparación previas a su campaña que hizo Jesús por la India, Egipto y Grecia, viajes de los que no hablan los evangelios, Vidal Mario afirma en su libro que las enseñanzas del Maestro contradecían a la ortodoxia judía y se oponían al fundamentalismo de éstas.

Al respecto, parece haber consenso, porque el llamado Nuevo Testamento abre un nuevo periodo caracterizado por otros valores y por una concepción de la espiritualidad diferente a la del Antiguo Testamento.

No quiero dejar pasar por el alto, por ser un tema de candente actualidad, que en el libro se afirma que entre los discípulos de Jesucristo había mujeres. En tal sentido, su autor denuncia la actitud de la Iglesia católica respecto a vetar el papel de sacerdotisas, obispas o papisas a las mujeres. Todo ello, nos dice, en aras del mantenimiento del protagonismo del hombre sobre la mujer.

Teniendo en cuenta lo relegada que ha estado la mujer en todos los ámbitos de la historia, no dejan de tener plausibilidad sus afirmaciones.

En el capítulo titulado “Los misterios”, el escritor nos propone una nueva hermenéutica de las doctrinas de Jesús, indagando en sus claves más significativas. Una de esas claves es que lo que Jesús llamaba metafóricamente reino de los cielos se encuentra en el interior de cada persona y que, consecuentemente, el ser humano puede desarrollar fuerzas y poderes que alberga en su interior.

Me reservo, por desconocimiento, opinar sobre su afirmación respecto a que el “reino de los cielos” se encuentra dentro de uno mismo, y a la referencia a que cada ser humano tenga un poder mental capaz de cambiar las cosas. Me limito a llamar la atención sobre ello para abrirlo al debate de especialistas y lectores más entendidos.

Más adelante, cuestiona que se identifique y se asocie a Jesús con la Iglesia Católica, habida cuenta que esta institución no fue creada sino siglos después de la vida y muerte de Jesús, por el emperador romano Constantino I, hijo de la británica que hoy conocemos como Santa Elena.

¿Muerte en la cruz?

Muchos lectores pensarán que cuestionar el hecho de que Jesús muriera en la cruz, como lo hace Vidal Mario, es atrevido y descabellado. Pero en apoyo de su tesis cito el libro “La mano del Predicador”, de Jesús Lorente, quien desde su explicación forense sostiene y desarrolla la tesis de que Jesús no murió en la cruz.

No entraré en los detalles de su investigación. Tan solo quiero ponerla en relación con las afirmaciones de Vidal Mario en el capítulo de su libro titulado “Un vivo entre los muertos”.

En el capítulo “El maestro ya está en la mira”, afirma que “Al maestro le pasaba lo de siempre: los adelantados a su tiempo no pueden vivir sin sufrir acusaciones”, y que su camino fue obstaculizado por la ignorancia y la natural tendencia humana de devaluar a quienes saben más que ellos, llamando incluso dementes a quienes poseen la verdad.

No puedo afirmar que Vidal Mario se encuentre en estas circunstancias, pero el reto que nos plantea a través de este libro y de otros que ha escrito, es un primer elemento a considerar.

Espero haber contribuido a que el trabajo de este escritor sudamericano sea comprendido en sus justos términos y que sea valorado, cuestionado o enriquecido en los aspectos que procedan”.

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