El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, se encuentra en medio de una grave crisis política tras su intento fallido de imponer una ley marcial en el país. A pesar de haber retirado la medida en un lapso de pocas horas debido a la fuerte oposición del Parlamento y de miles de manifestantes, su acción desató un llamado inmediato a su destitución.
El Partido Democrático, la principal fuerza opositora en Corea del Sur, exigió la dimisión de Yoon y lo acusó de haber intentado llevar a cabo un acto de insurrección.
Según un comunicado de la coalición, “si no dimite inmediatamente, el Partido Democrático iniciará inmediatamente los procedimientos de destitución”.
Los diputados de este partido accedieron al Parlamento que había sido precintado y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad para poder votar en contra de la ley. En el proceso, utilizaron su voto para rechazar la declaración de ley marcial, aunque la situación estuvo marcada por un alto nivel de tensión y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
El presidente Yoon, quien asumió el cargo en 2022, argumentó que la ley marcial era necesaria para hacer frente a las amenazas de Corea del Norte y de lo que denominó “fuerzas antiestatales”.
Sin embargo, su justificación no fue suficiente para calmar los temores en el país, y la rápida reacción del Parlamento que rechazó la ley mostró una clara falta de apoyo a la medida. Ante esta presión, Yoon dio marcha atrás y rescindió la ley marcial menos de 24 horas después de haberla anunciado.