El gobierno de Irán negó este domingo cualquier relación con los ataques del sábado de aviones no tripulados de la milicia hutí, un aliado suyo en Yemen, contra la mayor petrolera de Arabia Saudita, uno de sus mayores enemigos en la región.

Con el mismo énfasis, el gobierno iraquí -uno de los pocos que en Medio Oriente es aliado de Estados Unidos e Irán al mismo tiempo- se desmarcó de los ataques del sábado, que frenaron la mitad de la producción de la petrolera saudita Aramco, y rechazó las versiones no oficiales que sostenían que los drones de los hutíes habían despegado desde su territorio.

En 2015, luego que la rebelión de los hutíes lograra tomar control de la mayoría del país y expulsar al gobierno de Abdo Rabu Mansur Hadi, el principal aliado de éste último, Arabia Saudita inició junto a otros países de la región una campaña de bombardeos diarios e impuso un bloqueo total sobre el país, que terminó ayudando a provocar la peor crisis humanitaria del mundo en la actualidad.

Desde entonces, Arabia Saudita se volvió, en el conflicto armado, el principal enemigo de los hutíes, quienes iniciaron su propia campaña de ataques y bombardeos al país vecino con drones.Al principio golpeaban con poca efectividad la zona fronteriza, pero con el pasar del tiempo -y se cree al obtener mejor tecnología- ampliaron su zona de impacto y su efectividad.

El impacto económico y político de los ataques no será menor y, por eso, Irán, el principal aliado internacional de los hutíes, se apuró este domingo a desvincularse de los bombardeos.

El vocero de la Cancillería iraní, Abas Musaví, sostuvo que la versión de Estados Unidos que vinculó a la República Islámica con los ataques "no tiene sentido" y las definió como "acusaciones ciegas" que no tienen ni "un mínimo de credibilidad".


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