Un estudio multidisciplinario realizado por la Universidad Católica de Chile en pacientes con picazón crónica concluyó que, para ellos, rascarse "puede generar el mismo nivel de placer que tienen los adictos".

El estudio fue presentado este sábado por el médico Mauricio Sandoval, en el marco de la 37° Reunión de Dermatólogos Latinoamericanos, que se realizó en el Centro de Exposiciones de Buenos Aires.

Sandoval dirigió un estudio multidisciplinario sobre pacientes con liquen crónico simple, una inflamación de la piel causada por el estrés que genera picazón fuerte en la cabeza, las piernas o el cuello regularmente, y que afecta a una de cada diez personas.

Ese malestar afecta principalmente a personas entre 30 y 50 años, que tienen trabajos altamente demandantes y que son fuertemente autoexigentes.


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