Río de Janeiro, la ciudad más emblemática de Brasil, comenzó a exigir este miércoles un certificado de vacunación contra covid-19 para entrar en lugares públicos y puntos turísticos, como el Cristo Redentor, en momentos en los que intenta contener el avance de la variante delta.

El comprobante de vacunación comenzó a ser solicitado este miércoles tanto a cariocas como a turistas, en algunos lugares con más rigor que otros, en espacios públicos como cines, teatros, estadios, gimnasios, piscinas, centros de entrenamiento, clubes, villas olímpicas, circos, salas de conciertos, museos, ferias comerciales, galerías, parques y lugares de recreación infantil.

Igualmente comenzó a ser exigido a los interesados en acceder a las mayores atracciones turísticas de la ciudad de Brasil que más visitantes recibe, como el Cristo Redentor, el cerro del Pan de Azúcar, el acuario, el Jardín Botánico y hasta el estadio Maracaná.

La primera prueba de fuego de la medida será este mismo miércoles cuando, en la reapertura de los estadios de fútbol para el público tras más de un año cerrados, el Maracaná recibirá a 24.000 espectadores, la tercera parte de su capacidad, para un partido entre Flamengo y Gremio por los cuartos de final de la Copa do Brasil.

Todos los asistentes al estadio tendrán que presentar en la taquilla tanto el certificado de vacunación como un diagnóstico negativo para la covid realizado en las últimas 48 horas.

Río de Janeiro, segunda ciudad más castigada por la pandemia en Brasil, también estableció la exigencia del comprobante de vacunación para personas que quieran someterse a cirugías electivas tanto en hospitales públicos como privados, para los funcionarios municipales y para quienes reciben algún tipo de subsidio social.

Por ahora, y por presión de los comerciantes, la obligatoriedad no se extiende a restaurantes, bares, supermercados, tiendas y centros comerciales, que tendrán que respetar las otras medidas preventivas, como restricción del número de personas, distanciamiento y exigencia del uso de máscara.

Río, primera capital regional de Brasil en imponer esta medida, anunció la restricción el pasado 27 de agosto con la intención no sólo de frenar aún más la expansión de la pandemia sino también de incentivar la vacunación, principalmente entre miles de personas que no han acudido por la segunda dosis del inmunizante.

Según la Alcaldía, al menos 212.000 personas con más de 50 años no acudieron en el plazo establecido para la aplicación de la segunda dosis y otras 166.000 con más de 18 años no se presentaron en los puestos de inmunización ni para la primera.

En un inédito espaldarazo a la medida restrictiva de la Alcaldía, el Concejo municipal aprobó el martes, de forma unánime e incluso con el respaldo de legisladores que se oponen a cualquier restricción, una ley que impone una elevada multa (1.000 reales o 200 dólares) a las personas que falsifiquen o presenten un certificado de vacunación fraudulento.

Pese a que los números de muertos y de hospitalizaciones por covid vienen cayendo en Río de Janeiro desde mayo como en todo Brasil, la ciudad sigue siendo la segunda más castigada por la pandemia en el país, tan sólo superada por Sao Paulo, y se convirtió en el epicentro de la variante delta.

Brasil, con cerca de 588.000 muertos y poco más de 21 millones de contagiados, es el segundo país en el mundo en número de víctimas y el tercero en casos, luego de Estados Unidos e India.

Y Río, segunda mayor urbe del país (6,7 millones de habitantes), es la segunda más castigada por la pandemia en Brasil, con 32.895 muertes y 460.999 casos desde el inicio de la crisis. Río tiene un número de decesos similar al de países como Ecuador y Hungría.

En contramano de todo Brasil -y tras algunos meses de descenso-, el número de contagios por el coronavirus aumentó entre julio y agosto en Río de Janeiro por causa de la rápida propagación de la variante delta, más transmisible y actualmente responsable por el 96 % de los nuevos casos registrados en la ciudad.

Río había registrado su peor mes de pandemia en diciembre, con 33.993 contagios, pero el avance de la vacunación hizo con que el número de casos cayera hasta 21.225 en junio. Sin embargo, con la llegada de la variante delta, las infecciones saltaron hasta 28.361 en julio y hasta un récord de 41.019 en agosto.

El avance de la vacunación fue el que impidió que el aumento de los contagios se reflejara en las hospitalizaciones y en las muertes. El promedio de muertes por covid en Río llegó a ser de 127 diarias en abril, en el pico de la segunda ola de la pandemia, pero esa media cayó hasta 60 por día en agosto.


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