Miembros de la Asociación Chaqueña Soldados Veteranos de Guerra del Toas lograron hace más de 10 años obtener una pensión a nivel provincial, pero denuncian que, por un decreto presidencial, perdieron su reconocimiento a nivel nacional.

Oscar Alberto Falcón (presidente), Mario César Sobol (vocal suplente), Ramón Céspedes (vocal suplente) y Carlos Horacio De Caso (socio fundador) son miembros de la Asociación Chaqueña Soldados Veteranos de Guerra del TOAS que, a más de 40 años de ocurrida la Guerra de Malvinas, siguen luchando por recibir lo que consideran el justo reconocimiento por su papel en el conflicto bélico de 1982, ya que afirman que solo tienen una pensión a nivel provincial y que hace más de 30 años perdieron la ayuda a nivel nacional por un decreto presidencial.

Se trata de una institución nacida hace menos de un año y compuesta por ex soldados que pertenecían al Grupo de Artillería N° 7 del Ejército Argentino con base en el barrio La Liguria.

Los mismos fueron movilizados hasta Santa Cruz, donde relatan que también tuvieron que hacer frente al frío y al hambre debido al estado permanente de alerta por posibles invasiones de grupos comandos ingleses en el continente.

Precisamente, en la actualidad tienen como objetivo lograr la recategorización de la pensión provincial debido a que señalan que la misma es de menos de 30 mil pesos, mientras que para los ex combatientes afirman que es de 112 mil.

“¡¿Sabés lo que te pega que los presos cobren más que nosotros?!”, exclamaron indignados al mismo tiempo que sostienen que en algunos casos existen más pensiones que veteranos de guerra.

“Lo malo de toda esta historia es que no nos quieran reconocer”, expresaron manifestando que el decreto 509/88, durante el mandato de Raúl Alfonsín en 1988, dejó afuera a 9500 soldados que antes de ello también eran considerados ex combatientes.

“¡Que nos devuelvan nuestra veteranía de guerra! Hace 40 años de esta lucha que venimos reclamando que nos devuelvan. Hasta el 88’ éramos veteranos de guerra de Malvinas como los ex combatientes”, agregaron.

Vivencias

Como todos los veteranos de guerra, las anécdotas que relatan Oscar Alberto Falcón, Mario César Sobol, Ramón Céspedes y Carlos Horacio De Caso poseen gran riqueza en cuanto a experiencia de vida en base a que hicieron el servicio militar en 1981 sin saber lo que les esperaba pocos meses después.

Algunos fueron dados de baja y otros no, hasta que iniciado el conflicto bélico los trasladaron en vuelo directo de Aerolíneas Argentinas a Río Gallegos sin asientos. “Íbamos como sardinas”, graficaron.

Mencionaron que al estar ubicados en puestos estratégicos de vigilancia debían mantener el alerta y estaban en galpones sin calefaccionar. Usaban tachos para quemar con gasoil y estaban camuflados, sin poder dormir y haciendo guardias en la costa del Mar Argentino. “Pasamos frío y hambre.

Nos daban carne procesada (picadillo) y un huevo duro. Caminábamos mucho. Subíamos y bajábamos montañas buscando ranchos para ver si había espías. Estábamos en estado de alerta permanente y fue durante 51 días. Teníamos que mirar adelante y atrás.

A los ingleses y a los chilenos que brindaron información”, recordaron sobre lo ocurrido en lugares como San Julián, Río Grande o Comodoro Rivadavia.

“Los grupos de Artillería cuidábamos esas zonas y pueblos porque (los ingleses) querían hacer desaparecer eso para evitar que ataquen a los pilotos.

Nuestra misión era custodiar. 7 u 8 aviones salían cargados de bombas y estábamos a metros de cuando cargaban.

La gente no sabe estas cosas y lamentamos la muerte de nuestros camaradas que partieron sin lograr el reconocimiento que buscamos”, concluyeron.


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