Después de las adversidades que atravesaron los médicos forenses, finalmente en la jornada de ayer se pudo concretar la autopsia a la joven Natalia Samaniego (25), chaqueña hallada muerta en una heladera de un inquilinato en Posadas. Y si bien ya casi no había dudas al respecto, los resultados terminaron de confirmar que fue víctima de un homicidio.

Según pudo confirmar El Territorio en base a fuentes calificadas con acceso al expediente, se determinó que Natalia falleció asfixiada. Se detalló además que se trató de un estrangulamiento manual, descartando a priori que su asesino haya usado otros elementos como una almohada o lazo.

El cuerpo de Natalia no tenía ninguna otra lesión de gravedad y se esperan estudios complementarios para saber si no estaba dopada al igual que el sospechoso.

Por otro lado, el informe preliminar indicó que la data de la muerte es de entre ocho y diez días, tal y como se suponía. Además esto coincide con el tiempo que llevaba alquilando la pareja en el lugar del crimen, aunque de todas formas también se ordenaron estudios más exhaustivos -análisis de las larvas del cuerpo- para tener precisiones sobre este punto.

En este sentido, apenas conocido el resultado, efectivos de la Secretaría para las Investigaciones Complejas (Saic) del Poder Judicial se hicieron presentes en el departamento que compartía Natalia con su pareja y sindicado femicida, Juan Martín Carleris (22).

Allí se hizo un nuevo relevamiento que pueda echar luz sobre la secuencia del asesinato. Cabe señalar que el lugar estaba preservado desde que el lunes por la tarde ingresaron los efectivos policiales para encontrar a Carleris desvanecido en una cama y a la muchacha en el electrodoméstico.

Declaración en dudas 

Sobre el detenido, se supo ayer que fue llevado a la Comisaría Segunda de Posadas, donde espera decisiones del juez que lleva la causa, Marcelo Cardozo. Podría ser indagado hoy, pero esto quedaría sujeto a problemas edilicios que presenta la sede.

Es que en la jornada de ayer el sistema eléctrico colapsó y se quedaron sin luz. En cuanto se normalice, se hará la formalidad y entonces Carleris tendrá la opción de dar su versión de los hechos o bien abstenerse, sin que esto constituya un elemento en su contra.

Último adiós 

Pero las novedades de la investigación, casi frías, fueron dadas a conocer paralelamente con la inhumación de la víctima. El entierro ocurrió en el cementerio La Piedad poco después de la tres de la tarde, en un clima de mucha emoción y exclamaciones de justicia por parte de los familiares.

Poco más de 20 personas se acercaron al lugar para brindar el acompañamiento a los padres y dos hermanos de Natalia. “Que mi hija descanse en paz”, dijo su madre Teresa Gamarra frente al féretro, después de las oraciones de los presentes y antes de una pequeña celebración de un sacerdote.

Por la situación, toda la angustia afloró de la familia, de la joven chaqueña. “Pedimos que se trabaje, que haya mucha voluntad en el juez y el fiscal para que se condene al chico que le hizo esto”, solicitó la mujer que tenía un velo lila.

“Es un asesino - por el detenido-, ahora puedo decirlo”, sentenció sostenida por su otra hija. La madre relató nuevamente los episodios de violencia verbal que sufrió tanto como su hija, además de narrar que la víctima volvió con el presunto femicida porque éste la manipuló y amenazó con suicadarse.

También comentó cuándo fue la última vez que se comunicó con ella: “El sábado anterior -1 de septiembre - fueron a retirar el ticket de la heladera y después me mandaron un mensaje que me agradecían, o sea que el domingo Nati estaba bien y obviamente me quedé tranquila”.

Incluso la mujer detalló que estaba construyendo en su terreno una habitación para que la pareja viva y no tenga que pagar alquiler.

“Ellos convivieron un tiempo -en 2016- y no resultó su convivencia porque no se llevaban muy bien. Se peleaban muy feo y yo la fui a buscar y la traje a mi casa; ella estaba decidida a dejarlo y la mamá de él lo llevó a Chaco. Desde allá, él le escribía que le amaba y le extrañaba y con eso le fue convenciendo”, agregó Lorena, la hermana menor de Natalia.

“Incluso unos meses antes de que vuelva ella seguía convencida de que quería volver con él y quería irse. Mi hermano vive en Buenos Aires y pensaba en eso, pero después él llegó y le convenció no sé cómo. Eran todas promesas de amor y de formar una familia y se la llevó” , agregó entre lágrimas.

Justamente Germán, el hermano de Natalia, tomó una pala del sepulturero y se encargó de tirar tierra sobre el cajón en la última despedida. Su padre, Ramón Rogelio Samaniego, lo acompañó y luego rompió en llanto, arrojándose al piso sobre sus rodillas.

“Cuídense como yo les cuidé a ustedes. Ella los va a cuidar desde arriba, es la estrella que los va a guiar”, gritó compungido mientras abrazaba a sus dos hijos. “Voy a dar la vida por vos, voy a hacer justicia, va a tener que hacerse justicia. Este hijo de puta no nos va a cagar la vida”, se juró mirando al cielo.

Macabro hallazgo y el pedido a Lucifer

Tal como viene publicando este medio, el macabro caso fue descubierto a partir de la denuncia de un vecino que alertó a la Policía por los olores nauseabundos que provenían de un departamento tipo monoambiente ubicado en avenida Santa Catalina, casi López y Planes.

De inmediato, una patrulla de la Comisaría Segunda acudió al lugar y constató la situación, pero nadie atendió a los llamados y tuvieron que ingresar por la fuerza.

Una vez dentro, se toparon con el muchacho inconsciente - con un cuadro de intoxicación de pastillas - sobre una cama y al recorrer el pequeño inmueble advirtieron que el fuerte olor provenía de la heladera, la cual llamó la atención por encontrarse atada con una sábana.

La abrieron y se toparon con el cuerpo de Natalia. También se halló una carta dirigida a Lucifer, a quien le ofrecía su alma a cambio de que se lleve el cuerpo de Natalia y poder “llegar a fin de mes”. Estaba firmada por él y también marcó sus iniciales con sangre, por lo que se harán los estudios correspondientes.


COMPARTIR