En las primeras horas del martes, el interrogante sobre la disputa del amistoso entre Israel y la Selección Argentina comenzó a acrecentarse. En el medio hubo algunas comunicaciones entre autoridades gubernamentales de ambos países, en virtud de las críticas lanzadas por Palestina.

Según admitieron fuentes de la AFA, existieron charlas a nivel gubernamental para evaluar la suspensión del amistoso previsto para las 15:30 (hora argentina) del sábado en el "Teddy Stadium" de la mencionada ciudad israelí, donde iba a disputarse la Copa "70 Aniversario de Israel".

Finalmente, en la tarde del martes se confirmó la suspensión definitiva del amistoso entre la Selección Argentina y su par israelí.

No se trató de una decisión fácil porque el cachet de al menos dos millones de dólares por la presencia de la Selección argentina ya fue pagado y el presidente de la Nación, Mauricio Macri, estaba muy interesado en que se concrete en virtud de sus relaciones económicas crecientes con Israel.

El presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Jibril Rajoub, le agregó un condimento negativo a la visita y anunció una "campaña contra la federación argentina, apuntando personalmente a Messi, que cuenta con decenas de millones de seguidores en los países árabes y musulmanes. Pedimos a todos que quemen las camisetas con su nombre y los carteles donde salga".

En ese contexto, este martes por la mañana, en el entrenamiento de la Selección argentina en Barcelona, una protesta quemó camisetas albicelestes y lleno de sangre otras, ante la vista del presidente de AFA, Claudio "Chiqui" Tapia.


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