El fiscal en lo penal especial de Derechos Humanos, Francisco Daniel Turraca, elevó el requerimiento de juicio oral y público para el agente Luis Alfredo Sánchez y el sargento Jorge Raúl Duré por el homicidio agravado del joven Jesús Ramón Martínez, ocurrido en octubre de 2017, en la ciudad de Barranqueras.

A Sánchez, quién hirió de muerte al joven de 18 años al gatillar su arma reglamentaria a pocos centímetros de su cabeza, se lo acusa del delito de “homicidio agravado por ser cometido por un integrante de las fuerzas de seguridad”; y a Duré, en tanto, se lo señala como “partícipe necesario” en el mismo delito, según se desprende del escrito que describió en su publicación el portal Chaco Día por Día.

Cabe recordar que la investigación fue llevada a cabo por la Fiscalía Penal Especial de Derechos Humanos, a cargo de Turraca, y participaron como querellantes el Comité Provincial de Prevención de la Tortura y la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia del Chaco. En el expediente, se sumaron diversas declaraciones testimoniales y además una filmación en la que se puede observar a los dos imputados en un tramo de la persecución al joven asesinado.

Los hechos

Los hechos tuvieron lugar el domingo 22 de octubre de 2017, pasada la 1:30 de la madrugada, en la ciudad de Barranqueras. Tras una persecución por el presunto robo de una motocicleta, Jesús Martínez fue alcanzado por el sargento Duré y el agente Sánchez quién, a escasos centímetros distancia, le disparó a la cabeza con su arma reglamentaria, dejándolo herido de muerte que se concretaría pocas horas después.

Desde un primer momento, la Policía del Chaco trató de instalar la versión de un supuesto forcejeo que desembocó en un disparo “accidental” que terminó con la vida del joven; sin embargo, la autopsia determinó que la bala 9 mm ingresó por la nuca de Jesús Martínez y que fue disparada a muy corta distancia lo que echó por tierra el relato policial y lo emparentó más a una ejecución. Y así lo sostiene el fiscal Turraca en su auto de elevación a juicio.

En ese sentido, señala que “de la suma de todos los elementos hasta aquí recolectados, podemos apreciar que dicho disparo se habría producido casi como una ejecución, puesto que Jesús Ramón Martínez, no portaba arma de fuego, ni ningún otro elemento con el que haya, al menos intentado, atacar al agente Sánchez o al sargento Duré, o darse alguna otra situación de tal riesgo o peligro, como para que el uniformado, necesitara desenfundar su arma y posteriormente efectuar este disparo, desde tan cerca y de tanta precisión”.

En ese sentido, el abogado de la Secretaría de Derechos Humanos del Chaco, Paulo Pereyra, había planteado que en el caso se produjo una “ejecución extrajudicial”. Consideró, al respecto, que “fue absolutamente desproporcionado el uso de la fuerza y de un arma de fuego en un procedimiento por el que se pretendía detener a una persona sospechosa de un ilícito pero que se hallaba desarmada”.

No era un ladrón

Más allá de que no es relevante para determinar si hubo o no ilegalidad en el accionar policial, la presentación de Turraca también consigna que el joven asesinado “ni siquiera habría sido el autor del robo del vehículo” por el cual era perseguido por los efectivos policiales.

Según el escrito, Martínez iba como acompañante de otra persona que declaró que se la habrían prestado esa noche después de comer hamburguesas en un local de Barranqueras conocido como “Sucucho”.


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