Javier Milei prepara una intervención profunda y reformas en Cancillería después de haber echado a la ministra Diana Mondino. El Presidente la reemplazó por el embajador ante los Estados Unidos, Gerardo Werthein, que sumó mayor cercanía al círculo íntimo del jefe de Estado en los últimos meses.
El asesor presidencial Santiago Caputo quería mantener a Mondino a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores, pero la votación de la Argentina a favor de levantar el embargo estadounidense sobre Cuba cambió la decisión. En Balcarce 50 lo califican de “inaceptable” y sostienen que “la situación de Mondino era débil”.
La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, fue la principal impulsora de la salida de Mondino de gabinete. La hermana del presidente intervino el ministerio con la contratación de la abogada Úrsula Basset y profundizó su incidencia sobre el área con la designación de Nahuel Sotelo como secretario de Culto.
La reestructuración se intensificó con la renuncia del exsecretario de Relaciones Exteriores Leopoldo Sahores y con el desplazamiento del Ricardo Lagorio de la embajada ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que asumió Francisco Tropepi. Eduardo Bustamante desembarcó en la vicecancillería tras un acuerdo del Ejecutivo con el PRO.
Milei quiere que Cancillería responda a su línea ideológica y busca imponer que los diplomáticos voten en línea con Estados Unidos e Israel en todas las instancias.
“Los diplomáticos tienen que entender que Milei ganó las elecciones. El que no lo entienda no va a tener más lugar”, expresó a TN un funcionario.
La Casa Rosada pretende impulsar un “frente de resistencia” contra la agenda 2030 y las políticas económicas, sociales y ambientales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En Balcarce 50 reconocen como aliados estratégicos a los mandatarios Giorgia Meloni (Italia), Viktor Orbán (Hungría) y Nahib Bukele (El Salvador).
La mesa chica de la Casa Rosada prepara una serie de reformas contra los diplomáticos para profundizar la intervención sobre el ministerio. El Gobierno quiere recortar los gastos de traslado, que van de US$16.000 a US$50.000.
La secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzabal, trabaja en modificaciones de los artículos 57 y 58 de la Ley de Servicio Exterior (20.957), que dispone que los diplomáticos deben recibir por adelantado la suma equivalente a dos meses de sueldo para compensar los gastos de instalación junto a los de flete y pasajes al ser trasladados. Aplica también para el retorno a la Argentina tras el cese de funciones.
Los diplomáticos acusan al Ejecutivo de “no entender cómo funciona la diplomacia” y mantienen la postura de que “solo los embajadores están exentos de gastos duros”. Sostienen que el resto debe pagar un alquiler, auto, comida y educación de los hijos, si tienen.
El sueldo más bajo de un embajador es de US$19.557 (Vietnam, Venezuela, entre otros) y el más alto es de US$29.335 (Hong Kong). Hay salarios intermedios de US$24.446 (Estados Unidos y Suiza). Los sueldos son en bruto y en base a una fórmula provista por la ONU a nivel global de acuerdo al costo de vida de cada país.
La Casa Rosada prepara además una reestructuración de los consulados y embajadas. Quieren unificar y reducir estructuras. En Balcarce 50 aseguran que “no hay muchos argentinos trabajando en esos edificios” y que “en general son extranjeros”.
El Gobierno anunció que comenzará una auditoría para “identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”. “La Argentina atraviesa un período de cambios profundos y esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de la libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales”, expresó Nación a través de un comunicado.