El malabarismo diplomático con el que Luiz Lula da Silva intentó mediar con Venezuela tras las contestadas elecciones presidenciales se derrumbó como un castillo de naipes.
El gobierno brasileño vetó el ingreso de Caracas al Brics y Nicolás Maduro quedó a un paso del quiebre: tildó esa decisión como un “gesto hostil” y una “agresión” contra los intereses de su país.
En un comunicado, la Cancillería venezolana dijo que con este veto se está “reproduciendo el odio, la exclusión e intolerancia promovidos desde los centros de poder occidentales para impedir, por ahora, el ingreso de la patria de Bolívar a esta organización”.
Esto es “una acción que constituye una agresión a Venezuela y un gesto hostil que se suma a la política criminal de sanciones que han sido impuestas contra un pueblo valiente y revolucionario. Ninguna artimaña o maniobra concebidas contra Venezuela detendrán el curso de la historia”, señaló la nota oficial.
El chavismo busca desde hace años el ingreso de Venezuela al grupo de economías emergentes que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica y al que este año se sumaron Irán, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos y Egipto.
El gobierno de Javier Milei rechazó el ingreso de la Argentina, invitada a sumarse a mediados de 2023, tras asumir la presidencia.
La fuerte reacción de Caracas al veto brasileño
La maniobra de Lula quedó expuesta en la cumbre de los Brics que concluyó este jueves en Kazan, Rusia y a la que no asistió el presidente brasileño tras sufrir un accidente doméstico.
En una decisión que cayó como un balde de agua fría en Caracas, su representación decidió mantener el veto vigente al ingreso de Venezuela al grupo desde el gobierno de Jair Bolsonaro.
El comunicado oficial del ejecutivo chavista, del que Lula era un estrecho aliado, aseguró que contaba con “el respaldo y apoyo de los países participantes en esta cumbre” de los Brics “para la formalización de su ingreso a este mecanismo de integración”.
Sin embargo, “a través de una acción que contradice la naturaleza y postulados de los Brics, la representación de la Cancillería brasileña decidió mantener el veto que Bolsonaro aplicó a Venezuela durante años”.
”El pueblo venezolano siente indignación y vergüenza por esta agresión inexplicable e inmoral de la Cancillería brasileña”, afirmó el escrito.
Por qué Brasilia mantuvo el veto al ingreso de Venezuela al Brics
El excanciller y asesor del Gobierno brasileño Celso Amorín había adelantado que el Gobierno de Lula no impulsaría el ingreso de Venezuela a los Brics, fundado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Venezuela y Brasil se distanciaron desde las elecciones del 28 de julio, en las que las autoridades electorales venezolanas proclamaron la victoria de Maduro.
El resultado fue considerado fraudulento por la oposición mayoritaria y cuestionado por diversos Gobiernos, entre ellos el del propio Lula, que sin embargo no reconoció el triunfo del opositor Edmundo González Urrutia.
Todos los intentos de Lula por mediar con Maduro y la oposición, con la ayuda de Colombia y en menor medida de México, fracasaron de manera absoluta.
“Yo no defiendo la entrada de Venezuela. Creo que hay que ir despacio. No sirve de nada llenar (los Brics) de países, de lo contrario pronto se creará un nuevo G-77″, afirmó el asesor del presidente en declaraciones a CNN Brasil.
El G77 es una organización integrada hoy por 134 naciones en vías de desarrollo y subdesarrollado que representan al llamado “Sur Global”.
Amorim dijo, señaló que el ingreso de nuevos miembros al foro “tiene que ser muy bien estudiado” dentro de un contexto mundial “polarizado y multipolar”.
Lula no explicitó los motivos de mantener el veto al ingreso de Venezuela al Brics. Su ausencia en la cumbre de Kazan, a causa de una caída sufrida en el baño según la versión oficial, evitó un incómodo encuentro con Maduro, que asistió a la reunión con la esperanza de llevarse a Caracas una membresía de la organización.