El psicólogo perinatal no solamente trabaja en casos de mujeres con patologías preexistentes sino que su rol se da siempre desde lo preventivo, apuntando al cuidado de la salud mental materna y familiar, encuadrando la misma dentro de la salud general.
Tomando en cuenta que toda dolencia física tiene consecuencias mentales y sociales, los profesionales deben escuchar el relato que la mujer trae acerca de los síntomas y poder tener una visión ampliada de los mismos.
Usualmente los médicos obstetras y ginecólogos tratan con dolencias que tienen un impacto muy importante en la vida más íntima de las mujeres, que pueden afectar sobre todo a la autoestima y con un especial interés en su sexualidad. Muchas veces la paciente no tiene información certera respecto a sus órganos y el funcionamiento de los mismos, hay muchos mitos y confusiones que se evidencian sobretodo en el estado de gravidez, provocando desde lo psicológico cierta desconexión de la mujer con el hijo que se está gestando. Este desconocimiento es visible tanto en adolescentes como en mujeres adultas, inclusive en aquellas con embarazos y partos previos.
Los psicólogos prestamos especial cuidado a la información que la mujer tiene respecto a sus síntomas, es usual encontrar que los mismos estuvieron presentes también en embarazos previos (de ella o de otras mujeres de la familia) o que se agudizan en situaciones de ansiedad que atraviese. Poder reconocer cómo los mismos afectan a su vida diaria y sus relaciones permitirá tratarlos y darles un sentido que permita aliviar la carga que siente la mujer y lograr una mejoría.
También buscamos que la paciente pueda tener una comprensión respecto de su salud orgánica, a menudo la información brindada por los médicos no es acorde a los conocimientos que ella posee y, ya sea por vergüenza o miedo, no pide un esclarecimiento. Ante esto, el enfoque psicosomático busca que la persona pueda tener una visión completa y consolidada de sí misma.
Los grupos de preparación para el parto son excelentes para que la mujer pueda sentirse contenida en un espacio que le permita hablar de lo que siente (a nivel físico y psíquico), recibir información y, a su vez, identificarse con otras mujeres que se encuentran atravesando un embarazo al igual que ella. Estos grupos coordinados por profesionales que trabajan de manera interdisciplinaria deben contemplar esta visión unificada de la salud materna, haciendo lugar a otros miembros de la familia, y extendiendo también su influencia a lo que acontece luego del parto, los cambios en la familia y la asunción de los nuevos roles.