La investigación, titulada "Nutrición de los argentinos: el mundo del cuidado en la alimentación", arroja que son más las opciones que eliminan los hogares frente a las que incorporan en búsqueda de un cambio en su alimentación.

El 50% declaró eliminar/disminuir el consumo de grasas, azúcar o sodio, pero es mucho menor el porcentaje de hogares que suma algún tipo de producto vinculado a una alimentación más saludable, como: cereales, donde sólo un 27% los declara haber agregado a su dieta o el caso de fibras donde el porcentaje desciende a 20%.

"La nutrición no es un tema que los hogares dejen pasar en su agenda, de hecho se manifiestan sobre el mismo", sostuvo Renata Segovia, Solutions Manager de Kantar Worldpanel. Y agregó: "El 29% de los hogares argentinos tienen un alto nivel de preocupación por la nutrición, grupo que no es menor, ya que equivale a 1,2 millones de familias".

En este sentido, los datos arrojan que con la salud/nutrición ganan cada vez más relevancia en la región y nivel mundial, los países comienzan a aplicar estrategias de etiquetado, por ejemplo, los sellos en Chile o los semáforos en Ecuador.

En Argentina, lo interesante es que aún sin una ley de etiquetado funcionando, los hogares altamente preocupados por la nutrición, ya miran las etiquetas para consultar los valores nutricionales. Nueve de cada 10 argentinos ya tienen el hábito e incluso manifiesta modificar su consumo al leerlas.

"Esto es algo que observamos desde el consumo real, donde categorías como gaseosas, snacks y harinas son afectadas. Aquí detectamos la amenaza, ya que si accionan sin una ley, si se avanzara con algún tipo de acción de etiquetado a nivel nacional, el impacto podría ser mayor y como industria deberíamos estar preparados", afirmó Segovia.


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