Como municipales queremos hacer pública nuestra preocupación por lo que consideramos la injusta detención de nuestro líder, el “Negro” Jacinto Sampayo y su hijo Facundo. Humildemente pedimos a las autoridades judiciales que tengan en cuenta al precario estado de salud que atraviesa el “Negro”, con más de 70 años encima, producto de una intensa vida llena de luchas en defensa de los demás.

Porque cualquiera que lo conoce sabe que el “Negro” es un hombre de bien, que más allá de la tarea sindical a la que le puso sangre, sudor y lágrimas con el fin de dignificar al trabajador municipal, tarea que cumplió con creces; también llevó adelante una vida llena de actos de solidaridad y generosidad, sin ningún tipo de condicionamientos. Sabemos que jamás preguntó si eran peronistas o radicales a la hora de dar una mano a la gente que más necesitaba, como alimentos para merenderos, o cuando mandó a construir un baño para un comedor comunitario ubicado en uno de los barrios más carenciados de la capital chaqueña, el San Antonio. Jamás preguntó la religión que profesaban a la hora de brindar ayuda, como lo hizo con un grupo de pastores evangelistas en una cruzada religiosa realizada un poco más de un mes atrás. O como cada una de las cruzadas solidarias que año a año se realizan en Fortín Belgrano, uno de los lugares más recónditos y olvidados de nuestra provincia, en la frontera con Salta y Formosa, adonde llegó con alimentos, juguetes para los niños y asistencia sanitaria para esa población.

Porque el “Negro” es así, humilde, sencillo, noble; un hombre que sabe de necesidades porque las sufrió. Un amigo sincero, franco para decir las cosas de frente a quien sea, firme a la hora de defender los derechos de los trabajadores municipales, y sin miedo de enfrentar al poder político de turno cuando no gobiernan pensando en la gente. En definitiva, es un hombre de bien, que merece transitar los últimos años de su vida, de su lucha sindical, en la calle, no detrás de unos barrotes que lo único que pretenden es callar una de las únicas voces que reclama, que demanda, que exige, siempre pensando en los más pobre. Por esto y por muchas cosas más, pedimos la libertad de Jacinto Sampayo y también la de su hijo Facundo, para quien portar un apellido tan ilustre parece que se ha convertido en un pecado.

 

 

Luis Ojeda

Mendoza 1058

Dni: 13439058


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