Agustín Salvia, director de Investigación del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA.
Agustín Salvia, director de Investigación del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA.

El director del Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), Agustín Salvia, puso “matices” a los festejos del Gobierno sobre la baja de pobreza, a la que igualmente consideró récord por estar casi a la par de la que fue “la mejor tasa que ofreció el kirchnerismo, en 2011”, en tiempos de bonanza económica.

“Quienes lograron salir de la pobreza es la espuma, la crema de los pobres”, planteó a la vez que consideró que la pobreza estructural no baja.

En primer lugar, Salvia puso en contexto la baja. “Las buenas noticias se dan con respecto a la comparación del primer semestre de 2017 y el segundo semestre del 2016. Ese fue un año complicado en materia social después de ajustes o procesos de normalización económica pos devaluación”, planteó y enumeró índices que fueron claves para las cifras actuales de pobreza: “Crecimiento del PBI, caída del ritmo inflacionario, mejoras de empleo formal e informal, remuneraciones puntos encima de la inflación, actualización y ampliación de programas sociales”.

Teniendo todo esto en cuenta, para Salvia “era inevitable, era necesario que cayera la pobreza y cayó en forma importante y lo mide un INDEC, que es creíble y confiable”, aseguró en diálogo con TN.

Haciendo comparaciones estipuló que es una tasa de pobreza menor a la de 2014 y “un poco por arriba de lo que fue la mejor tasa de pobreza e indigencia que ofreció el kirchnerismo en 2011, donde teníamos 24 % de pobres y 4% de indigentes”.
“¿Podemos festejar mucho? No”, planteó Salvia, quien señaló que la pobreza estructural sigue igual. “Todavía tenemos un cuarto de la sociedad argentina en situación de pobreza, los teníamos en los mejores años del kirchnerismo y los tenemos hoy”, aseguró.

Y remarcó: “Quienes lograron salir de la pobreza de 2016 a 2017 es la espuma, la crema de los pobres, sectores medios bajos que habían caído en esta situación producto de la recesión e inflación del 2016, ahora pudieron recuperarse”.

“Hay un segmento de informales y precarios, en el sector textil, comercial de servicios personales que no registran mejora sustantiva. Mejoró porque bajó la inflación pero no tienen más trabajo, más ingresos, pero sí tienen más gastos”.

En esa línea, abrió el paraguas de cara a los datos de 2018 cuando la actualización de los aumentos tarifarios se vuelva a sentir en la inflación y pronostica un “amesetamiento” del índice de pobreza.

La pobreza bajó en la Argentina casi cinco puntos y se ubicó a fines de 2017 en un 25,7%. Esto significa que, si se proyecta más allá de los 31 aglomerados que releva el Indec, la población total -incluyendo a la población rural- que sufre este flagelo llega a los 11,4 millones. La indigencia, en tanto, se redujo al 4,8% y afecta a 2,1 millones de argentinos. El 39,7% de los chicos menores de 14 años son pobres.

El dato oficial difundido por el organismo estadístico del segundo semestre de 2016 indicaba que había 30,3% de pobreza. Siempre proyectado a la población total, se estimaba que eran 13,3 millones de personas. En tanto, en la indigencia estaban 6,1% de la población, o sea, 2,6 millones de personas. Esto quiere decir que, pasado un año, hay hoy 1,9 millones menos de pobres y 500.000 personas que dejaron de ser indigentes en el país.

El número de pobreza oficial se calcula haciendo con el cruce del avance de los precios de algunas canastas de productos y servicios (Alimentaria y Básica), y los ingresos. Los salarios crecieron un 27,5 % en 2017, tres puntos por encima de la inflación (24,8%).

Sin embargo, la canasta básica -con la que se calcula la línea de pobreza- subió el año pasado 26,8%, por encima de la inflación. Pero, para el propio Indec, los ingresos de los trabajadores informales -que no reciben una jubilación- estuvieron el año pasado por encima de esta variación: subieron un 31,5%. Por otro lado, según los expertos que siguen el mercado laboral, la mayor creación de empleo el año pasado estuvo en el sector no registrado.

"Son buenas noticias", afirmó Agustín Salvia, coordinador del Observatorio de la Deuda Social de la UCA. "Un Indec creíble sigue funcionando. El dato es coherente con el proceso económico que se vivió en 2017, donde hubo crecimiento del PBI, caída de la inflación y aumentos de empleos en el sector formal e informal, mejoras salariales un poco por arriba de la inflación, y jubilaciones y programas sociales también es ascenso, que se ajustan por la inflación. Hubo además una cierta reactivación en el último semestre del consumo", agregó.

"Comparado con el 2016 es una clara recuperación", agregó el especialista, que dijo que el actual número deja a la pobreza por debajo de los números que hubiera mostrado el Indec para 2014 y 2015 (con la misma metodología pero con canastas independientes). Incluso, para Salvia, la pobreza llegó a los niveles de 2011 cuando, dijo, hubo una explosión de la economía basada en el consumo. "Es una de las mejores cifras en 20 años", cerró.


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