La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó este miércoles, por primera vez, recomendaciones sobre el tiempo que los niños pequeños pasan frente a las pantallas, cuánta actividad física deben realizar y cuántas horas dormir.

Las recomendaciones abarcan niños de 0 a 5 años, un período crucial para el desarrollo de hábitos saludables.

Las recomendaciones, dirigidas a legisladores y profesionales en el ámbito de la salud y la educación, son aplicables a cualquier niño saludable, con independencia del lugar donde vive o su nivel socioeconómico.

Para elaborarla, el organismo se basó en más de 270 artículos médicos y 10 estudios realizados en cinco países con más de 7500 participantes.

De acuerdo al documento, la OMS no recomienda que los niños menores de dos años estén expuestos a pantallas, ya sea ver televisión o jugar con celulares, tablets o computadoras. Y entre los dos y cinco años, limita el tiempo de uso a una hora diaria y “si es menos, mejor”.

Al respecto, Mariano Novo, Psicólogo Clínico especialista en familia, al ser consultado aconseja a los padres demorar “cuanto más puedan” el contacto de los chicos con las pantallas.

Por su parte, Santiago Mariani, Psicólogo Infantil, advierte que “las pantallas en exceso producen la estimulación continua de centros de gratificación inmediata en el cerebro. Por eso muchos chicos presentan baja tolerancia a la espera”. Esto puede influir en la resolución de problemas de los chicos “cuando el consumo es en exceso y se convierte en un interés restringido, donde todo gira en torno a videojuegos”.

En un contexto de creciente sedentarismo y dependencia a medios electrónicos, alrededor de 40 millones de niños menores de cinco años en el mundo tienen sobrepeso. En los últimos 40 años, la obesidad se ha multiplicado por 10 entre niños y jóvenes de 5 a 19 años.

“Los comportamientos sedentarios, ya sea usar un transporte motorizado en lugar de andar o ir en bicicleta, estar sentado en el pupitre en la escuela, ver la televisión o jugar con pantallas son cada vez más predominantes y están asociados con la mala salud”, describe la guía.

“El sueño también influye en el bienestar físico y dormir pocas horas está relacionado con el sobrepeso y la obesidad en la infancia y adolescencia y con problemas mentales entre los adolescentes”, determina. En cuanto a esto, Mariani aconseja “limitar los horarios del uso de las pantallas, y evitar el uso nocturno ya que dificulta la conciliación del sueño”.

“Lo que de verdad tenemos que hacer es que los niños vuelvan a jugar”, explica la doctora Juana Willumsen, responsable de obesidad infantil y actividad física para niños de la OMS.

Sedentarismo y obesidad

La falta de actividad física es un factor de riesgo que contribuye al sobrepeso. La primera infancia es un periodo “de rápido desarrollo físico y cognitivo”, en el que se adquieren hábitos y rutinas, por lo que la OMS recomienda que, incluso los niños menores de un año, deben hacer ejercicio.

"Mejorar la actividad física, reducir el tiempo de sedentarismo y asegurar al niño un sueño de calidad mejoran su salud física y mental, así como su bienestar en general, previenen la obesidad y otras enfermedades más adelante en la vida", explicó una de las responsables de la guía, Fiona Bull.

Además, estudios disponibles afirman que los beneficios de pasar menos tiempo viendo la televisión o jugando videojuegos incluyen la “reducción de adiposidad (grasa), mejor desarrollo motor y cognitivo y salud psicosocial”.

Argentina presenta el mayor porcentaje de obesidad infantil en niños y niñas menores de cinco años en la región de América Latina con un 7,3% de prevalencia, según la Base de Datos Global sobre Crecimiento Infantil y Malnutrición de la OMS. Además en nuestro país, según el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI), 1 de cada 3 niños en edad escolar tiene sobrepeso u obesidad.

En este aspecto, la licenciada en nutrición Agustina Murcho, explicó a POPULAR que “la causa de la obesidad no es solo la economía”. Y agregó: “La realidad es que en la Argentina no se sabe comer. No hay educación alimentaria y hay un alto porcentaje de estrés, que genera que las personas coman mal. Hace falta actividad física. Si una persona sabe comer, que es lo que se debería enseñar a los chicos, se podría buscar la vuelta y saber qué alimentos reemplazar en tiempos de crisis”.

Tiempo “de calidad”

La OMS no solo recomienda que el chico haga ejercicio, sino también distingue entre el tiempo que pasa solo frente a una pantalla, y el que pasa realizando alguna actividad tranquila acompañado de un adulto. A este tiempo, lo llaman “tiempo de calidad”, y recomiendan utilizarlo para contar cuentos, realizar rompecabezas o cantar.

“El tiempo sedentario tiene que convertirse en tiempo de calidad. Leer un libro con su hijo, por ejemplo, les puede ayudar a desarrollar sus habilidades de lenguaje. Un niño al que se le da una tableta para que esté quieto mientras está sentado en el cochecito no está recibiendo lo mismo”, señala Willumsen.

“Si bien es verdad que muchas veces las pantallas son una salida “fácil” para el entretenimiento, es un arma de doble filo ya que cuanto menor sea el chico mayor la va a ser la dependencia que genere”, explicó Novo.


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