Conforme aumenta la cantidad de enfermos y fallecidos en el mundo por coronavirus, las indicaciones para detectar nuevos contagios de COVID-19 también suman señales de alarma a su lista.

En efecto, de las pioneras fiebre, tos seca y dificultad para respirar que se asociaron al virus desde sus inicios en China hemos llegado incluso a tener que revisar nuestro sentido del olfato y del gusto para descartar o acudir a la asistencia sanitaria.

Casi cinco meses después, y con miles de casos estudiados alrededor del planeta, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó su documento de"'Preguntas y respuestas sobre la enfermedad por coronavirus​" para incluir dos tipos de parálisis repentinas como posibles síntomas de haber contraído el COVID-19.

Se trata de la dificultad para hablar o moverse, que según determinó el organismo son nuevas señales relacionadas al virus, y ya se las menciona entre los malestares que ponen de sobreaviso a una persona sobre un posible contagio.

Así, estos nuevos indicios se unen a los más habituales como lo son la fiebre, la tos seca, el cansancio, la dificultad para respirar u opresión en el pecho, la congestión nasal, dolor de cabeza, conjuntivitis, diarrea, pérdida de gusto o el olfato, y las erupciones cutáneas​ o cambios de color en los dedos de las manos o los pies. "Estos síntomas suelen ser leves y comienzan gradualmente. Algunas de las personas infectadas solo presentan síntomas levísimos", refiere la entidad en su guía abierta accesible para todo público.

Estar atento a la aparición de estos síntomas no significa entrar en pánico si alguno de ellos se hace visible en nuestra salud. Según recuerda el organismo de Naciones Unidas, el 80% de las personas que padecen COVID-19 se recuperan sin mayores complicaciones por la enfermedad. La cifra cambia cuando hablamos de aquellas que padecen hipertensión arterial, problemas cardíacos o pulmonares, diabetes o cáncer​, de las cuales una de cada cinco experimentan un cuadro grave por el que tienen que ser ingresadas.

No obstante, la OMS recuerda que "cualquier persona" puede contagiarse del virus y caer "gravemente enferma", por lo que destaca la necesidad de que todos aquellos que tengan fiebre o tos y, además, respiren con dificultad, sientan dolor u opresión en el pecho o tengan dificultades para hablar o moverse soliciten atención médica inmediatamente.

El organismo también recomienda llamar primero a un profesional sanitario o centro médico para que estos remitan al paciente al establecimiento de salud adecuado. Asimismo, recuerda la importancia de acudir al centro con tapaboca.

"Es importante mantenerse, al menos, a un metro de distancia de los demás. Las gotículas pueden caer sobre los objetos y superficies que rodean a la persona, como mesas, pomos y barandillas, de modo que otras personas pueden infectarse si tocan esos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca. Por ello, es importante lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o con un desinfectante a base de alcohol", destaca la OMS en el documento.

Otras prácticas de prevención, en cambio, que desde que se desencadenó la pandemia​ han estado en el ojo de la entidad y que fueron descartadas una a una también se enlistan en un informe de la OMS que busca desalentar prácticas incorrectas y dañinas para la salud en general, en pos de evitar un contagio por Covid-19 que, dicho sea de paso, no se evitarían.

Todas estas cuestiones, por demás improbables algunas, se agrupan en el apartado "Consejos para la población acerca de los rumores sobre el nuevo coronavirus" donde, por caso, se niega que añadir pimiento picante a la sopa, pulverizar lavandina u otro desinfectante sobre el cuerpo, bebe alcohol etílico o exponerse al sol a temperaturas mayores a 25° no previenen ni curan el COVID-19.


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