Fue tras un par de llamados anónimos que alertaron movimientos en el segundo piso, donde se encuentra del Ministerio de Infraestructura, aparentemente con el fin de eliminar documentación que serviría de prueba para una investigación que lleva adelante el fiscal Patricio Sabadini.

A raíz de esta advertencia personal de la Gendarmería Nacional procedió a realizar un allanamiento e incluso se presumía, a partir del dato anónimo, que en ese lugar se encontraba el  mismísimo ministro Fabián Echezarreta, a quien Sabadini pidió detener aunque finalmente la jueza Zunilda Nirempereger decidió mantener en libertad mientras prosiga la investigación.

El pasado viernes, en horas de la siesta ya se había realizado un procedimiento en el lugar, el mismo día en que Niremperger denegó el pedido de detención de Echezarreta.

Sabadini cree que Echazerreta formaba parte de una organización acusada de lavado de dinero agravado por habitualidad, ser miembro de una banda, en calidad de partícipe necesario.

Además los delitos precedentes de negociaciones incompatibles con la función pública en calidad partícipe necesario, asociación ilícita, en calidad de autor, enriquecimiento ilícito en calidad de partícipe necesario, fraude en perjuicio de la administración pública, en calidad de autor. Incumplimiento de deberes de funcionario público, en calidad de autor. A la imputación de Echazarreta se suma la de Ismael Fernández, Ramón Alejandro Chávez, Cristina Mariel Dellamea y Graciela Fernández.


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