Sin pausa, la Justicia de Chile avanzó con el segundo paso para conseguir la extradición activa del líder de la Resistencia Ancestral Mapuche, Facundo Jones Huala, actualmente detenido en el penal de Esquel.

El jueves pasado, el Juzgado de Garantías de Río Bueno aprobó su extradición y esta mañana se realizó la audiencia ante la Corte de Apelaciones de Valdivia, que podría fallar en el mismo sentido en las próximas horas.

Luego de los alegatos del Ministerio Público y la defensa oficial del líder mapuche, la Corte de Valdivia decidirá si se avanza con la solicitud de extradición, siempre que se cumplan los requisitos contemplados en la legislación chilena y los del derecho internacional.

“Luego de escuchar las argumentaciones de las partes, la sala de turno de la Corte de Apelaciones de Valdivia ya se encuentra en condiciones de resolver.

Esperamos que sea en el transcurso de la tarde, mañana o los próximos días, dada la premura que este caso requiere”, indicó hoy el fiscal de Río Bueno Sergio Fuentes.

Una vez que la Corte de Valdivia decida, se enviarán los antecedentes al Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile para que se tramite la extradición en la Argentina.

A diferencia de nuestro país, en Chile las extradiciones no tienen intervención política, por lo que la cancillería trasandina solo actúa como “correo” y debe designar a un abogado en la Argentina para que represente al Estado chileno.

Cuando todo ese proceso se complete del otro lado de la cordillera y la cancillería argentina informe el pedido de Chile a la justicia local, recién comenzará el juicio de extradición en el juzgado federal de Bariloche. Se trata de un proceso sin plazos que, a diferencia del ritmo trasandino, podría extenderse por un año o más.

Se suma una particularidad: el gobierno argentino sí interviene en las extradiciones y podría decidir no enviar a Jones Huala a Chile aún si los tribunales inferiores y la Corte Suprema confirmaran la extradición.

Así sucedió con el exguerrillero chileno Galvarino Apablaza, con pedido de captura en Chile por el asesinato de un senador en 1991, al que el gobierno de Cristina Kirchner le concedió el estatus de refugiado político, la gestión de Mauricio Macri se lo revocó y desde entonces Apablaza pelea en la Justicia por no ser extraditado.

Jones Huala fue trasladado el viernes pasado a la cárcel de Esquel, en Chubut, luego de permanecer detenido durante cuatro días en la comisaría de Dina Huapi, en Río Negro.

Si bien los juzgados federales de Bariloche y de Esquel se habían declarado incompetentes, la Cámara Federal de Apelaciones de General Roca resolvió que sea el Juzgado Federal de Bariloche el que realice el juicio de extradición del detenido.

La jueza federal de Bariloche, Silvina Domínguez (a punto de jubilarse), había indicado que Jones Huala declaró tener domicilio en Cushamen, provincia de Chubut, al momento de ser aprehendido en El Bolsón.

Por su parte, la jueza federal de Esquel argumentó que el líder de la RAM fue detenido en jurisdicción rionegrina.

Tal como explican desde la Unidad de Cooperación Internacional y Extradiciones (Uciex) del Ministerio Público de Chile, la extradición se denomina activa si se considera desde el punto de vista del Estado que pide la entrega (Estado requirente), y pasiva si se la contempla desde el punto de vista del Estado al que se solicita la entrega (Estado requerido).

El procedimiento de extradición activa en Chile consta de tres etapas: procedimiento ante el Juzgado de Garantía, ante la Corte de Apelaciones y la formalización del pedido de extradición por parte de la Cancillería.

Formalizado el pedido de extradición en el Estado requerido, se inicia un procedimiento de extradición pasiva, en este caso, en la Argentina.

Si bien no hay plazos definidos, en Chile todo podría estar resuelto este mes. Luego, la efectivización de la extradición pasará a depender de los plazos de los tribunales argentinos. En ambos países confían en que se avance rápido.

Jones Huala fue condenado en 2018 en Chile a nueve años de prisión por provocar un incendio y por portación ilegal de armas.

Los delitos fueron cometidos en 2013 en la estancia Pisu Pisué, en la Región de Los Ríos. Detenido en 2017 en la Argentina, fue extraditado en 2018 a Chile por esa causa.

En aquel momento, el trámite de extradición demoró más de un año. Jones Huala debía presentarse en el juicio oral. En cambio, se espera que esta vez sea distinto, porque ya está sentenciado.

El líder de la RAM ya cumplió parte de su condena, en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco, al sur de Chile.

Sin embargo, el 21 de enero de 2022 recibió la libertad condicional de parte de la Corte de Apelaciones de Temuco.

A principios de febrero pasado, la Corte Suprema de Chile revocó ese fallo y, desde el 11 de febrero de 2022, fue declarado prófugo de la Justicia chilena.

Fuente: La Nación


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