A Alberto Fernández no lo sorprendió el cambio de ministro de Economía y Hacienda. En la charla telefónica que tuvo a mitad de semana con Mauricio Macri consideró "conveniente" el reemplazo de Nicolás Dujovne.

Aunque intentó mostrarse prudente, en los cinco días hábiles Fernández habló con economistas de todos los sectores. Los propios: Guillermo Nielsen, Cecilia Todesca y Emanuel Alvarez Agis. Amigos de Macri, como el ex director del Banco Nación Carlos Melconian. Y también con Martín Redrado,a quien notó muy enojado con el Banco Central por la no intervención el lunes post elecciones PASO. Su lista es larga y variada.

"¿Cuál es el problema de hablar? Los escucho y tenemos una mirada coincidente sobre los problemas aunque tenemos una mirada distinta sobre cómo salir", expresó ante Infobae. Pero no fue Fernández sino Alvarez Agis quien habló con Guido Sandleris, el presidente del Central, sobre la necesidad de preservar las reservas. Después de su contacto con Macri tampoco habló con ningún otro funcionario del Gobierno como no volvió a hablar con Roberto Lavagna después del domingo a la noche.

En este caso lo hicieron en su nombre Eduardo 'Wado' de Pedro y Felipe Solá. No planea tampoco hablar con el nuevo ministro de Economía, Hernán Lacunza. "Me eligieron como candidato, no corresponde que gobierne el opositor", remarcó con el calendario en la mano: faltan 70 días para las elecciones generales y 113 para el 10 de diciembre.

En ese contexto y en el transcurso de la semana se conocieron más detalles de la conversación entre Fernández y el presidente Macri. "Tratá de hablar con el Fondo", sugirió el candidato del Frente de Todos que hizo algunas advertencias sobre "el país que nos van a dejar".

El Presidente repreguntó: "¿Por qué yo?". Fernández le repitió lo que venía diciendo en público sobre el gasto de los adelantos y reprochó que incumplió el pacto con el FMI. "No incumplí", retrucó Macri molesto con su adversario que le planteó el no cumplimiento del objetivo de crecimiento, el objetivo de inflación y el objetivo fiscal. También hablaron del desgaste de estos días. Fue en un momento algo tenso del ida y vuelta cuando Fernández expresó su opinión respecto a posibles cambios de gabinete.

El vínculo con Cristina Fernández, candidata a vice y "amiga"

Después de esa charla Fernández se subió a su auto y fue a ver a Cristina Fernández de Kirchner. Le contó la charla telefónica y le dio más detalles de lo que hasta ahora se supo. "Es mi amiga además de mi compañera de fórmula", insistió cuando volvió a su oficina y fue preguntado por la conversación.

El resto de la semana él y ella intercambiaron mensajes vía Telegram: ayer arrancaron durante la mañana y siguieron por la tarde después del anuncio del reemplazo de Dujovne por Hernán Lacunza. Tal vez se vean hoy para tomar el té, a pocos días de que CFK viaje a Cuba para visitar a su hija antes de retomar la campaña presidencial.

Dicen que la candidata a vicepresidenta está tan feliz con el resultado electoral como preocupada por Florencia Kirchner por lo que, permiso judicial mediante, viajará el próximo 23. Los viajes le facilitan la salida de la escena nacional para dejar que el candidato a presidente ocupe el centro y para que se corra hacia el centro con sus declaraciones que apuntan a llevar "tranquilidad".

Después del cierre de la campaña la ex presidente sólo se mostró tres veces: la primera cuando fue a votar, después en un video que grabó antes de que se conociera la contundencia del resultado electoral (es la razón por la que se la notó a destiempo en sus dichos, aseguran) y finalmente el lunes 12 a la salida del Instituto Patria después de haberse reunido con Fernández, Axel Kicillof y Matías Lammens, a quien sumaron por primera vez a esa mesa chica.

Cristina y Lammens no se conocían y sólo se habían saludado sobre el escenario en el cierre de campaña rosarino. La candidatura a jefe de Gobierno porteño del presidente de San Lorenzo fue otra de las concesiones que hizo por pedido de Fernández: que Mariano Recalde fuera para candidato a senador y el presidente de San Lorenzo el candidato a la jefatura de Gobierno.

En alguna de las tantas charlas CFK y Fernández hablaron sobre cómo se ve a la fórmula que comparten. El candidato insiste en que "no soy incendiario y nunca lo fui" en referencia a la preocupación de algunos sectores y al lugar en que lo puso Mauricio Macri cuando el lunes dio una conferencia molesto y enojado y reprochó que los argentinos hubieran votado a favor del kirchnerismo.

En algunas charlas el candidato repite algo así como que pasó de ser percibido como un "títere" de Cristina entre quienes no quieren al peronismo a ser "un estadista para resolver todos los males". Lo expresó en voz alta después de la relativa calma que llegó a los mercados tras su conversación con Macri. La lógica, sostiene, sólo se entiende en Argentina.

Un pedido a los sindicatos

Aunque no se hizo público, Fernández habló con Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT. Le pidió que hable con todos los sindicatos para que ayuden a mantener la "calma". Lo mismo hablan intendentes bonaerenses y gobernadores.

De todos modos no se privó de hacer críticas a las medidas que presentó el Gobierno como respuesta a la derrota electoral. "Estoy de acuerdo con reducir el IVA  la canasta básica pero no con que sea universal. Deben dejar de pagar los más necesitados", explicó a este medio. También reconoció que "hay que resolver el impuesto a las Ganancias pero no de este modo, así no se resuelve".

Y repitió las cuentas que hizo con los gobernadores a los que recibió alternativamente en su oficina de México 337 y el departamento de Puerto Madero. "El quite de Ganancias representa 900 millones de dólares, para algunas provincias representa una nómina salarial completa, un mes de sueldos", subrayó. Y respondió que no anunciará propuestas concretas hasta no ver "qué nos dejan".

Encuentros con empresarios

"Todos me cuentan los problemas que tienen", dijo Fernández sobre sus encuentros con empresarios, incluso varios de los que forman parte del grupo de whatsapp militante a favor de Juntos por el Cambio. Uno de ellos fue Marcos Galperín, activo defensor del Gobierno nacional y CEO de Mercado Libre. Con Martín Cabrales habló por teléfono y quedaron en verse pero no pudieron hacer coincidir sus agendas y al empresario del café lo recibió Santiago Cafiero, coordinador de la campaña y amigo de Fernández.

En la descripción de la semana Fernández señaló el lunes como un "muy mal" día; el martes como una jornada de "incertidumbre" y el miércoles como un día en que empezó a "calmarse" la situación después de la charla entre el ganador de la PASO y el Presidente.

Un ex ministro de Cristina se fastidia un poco: "¿Sabés cuántas veces nos preguntan si cambiamos? ¿Sabés cuántas veces se lo preguntan a Axel Kicillof?". El hombre, que prepara propuestas para que analice Fernández explica que de los proyectos participan "los mejores profesionales, los mejores técnicos de todas las universidades nacionales". Y apunta sus críticas al Gobierno: "Ellos hicieron un desastre, ellos generaron más deuda".

En ese marco Alberto Fernández cuestiona "el juego de imágenes" que se dibuja al ritmo de la política y los humores de campaña. Recuerda sin rencor cuando en el kirchnerismo le decían "blando" y aunque no mira para atrás pone esos ejemplos cuando se especula con la posibilidad de que mande Cristina y no él.

Para despejar dudas y ayudarlo a construir su propio poder CFK se corrió a un lado durante la campaña. El mismo ex ministro dijo dos cosas sobre la fórmula presidencial. Primero que "no hay otro estadista como Cristina" y en segundo lugar consideró que si gana Fernández "vamos a tener el presidente mejor preparado, más intelectual y formado que tuvo el país".

En el entorno de la fórmula del Frente de Todos la elogian por haberse corrido incluso del búnker ganador. Sí estuvo en un lugar central su hijo Máximo Kirchner que sin aparecer demasiado tiene gran protagonismo. Es lateral, junto a candidatos a intendentes como Mayra Mendoza; es de operador en el armado de listas; y es en el de constructor de consenso en permanente diálogo con los intendentes bonaerenses.

La Cámpora, su agrupación, podría tener el control de varios municipios como Quilmes, Mar del Plata o hasta la provincia de Mendoza si ganara la gobernación la senadora Anabel Fernández Sagasti. También una parte importante del Senado aunque sin mayoría. En Diputados tendrían menos poder y compartirían allí con el resto del peronismo, con los gobernadores y con Sergio Massa que hasta podría quedar en la sucesión presidencial como posible presidente de la Cámara baja.

En la mesa chica albertista hay un dirigente ultraK, al que "compró" Fernández según él mismo define. Se trata de Eduardo 'Wado' de Pedro que genera respeto incluso entre los anticristinistas. Habla con empresarios, con funcionarios, con ex funcionarios, y poco con los periodistas. Su ductilidad lo llevó a estar sentado junto a Fernández la tarde que lo visitó  Galperín, y a visitar en nombre del candidato a presidente a Roberto Lavagna.

El otro 'delegado' albertista en el encuentro con el candidato de Consenso Federal fue Felipe Solá que mantiene sucesivas e incansables reuniones como brazo político del candidato presidencial. Solá, como Fernando 'Chino' Navarro y como Massa son del grupo cercano a Fernández. Son además las figuras que más lejos estuvieron de Cristina Fernández y los más críticos.

Para algunos el reparto de poder es un equilibro. Para otros es una puerta para avivar internas y control sobre el posible futuro presidente. En tiempos de campaña las lealtades se mantienen. Habrá que ver si es así en caso de que triunfen. Con más de once millones y medio de votos y 15 puntos de diferencia sobre Macri, Fernández está seguro de que él gobernará. Pero no festeja.


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