La estrategia de la abogada intentará lograr la nulidad de la causa y la recusación del fiscal federal Patricio Sabadini. A través de escritos presentados en la justicia provincial y federal, cuestiona a una testigo que sería clave y que desde su óptica no debió haber declarado.

Corbacho asumió la defensa técnica del exsubsecretario de Políticas Comunicacionales del Chaco, Paulo Buticce, detenido el 27 de marzo por el equipo fiscal provincial a cargo de Graciela Griffith Barreto, en el marco de la investigación de los delitos precedentes al presunto lavado de activos que asimismo investiga el fiscal federal Patricio Sabadini.

Luego de la presentación realizada la semana anterior, la letrada será recibida por la jueza federal Zunilda Niremperger este miércoles.

Según lo adelantado, Corbacho intentará que se dicte la nulidad de lo actuado tomando como base el llamado a indagatoria de la subprefecta Patricia Elízabeth Coronel, cuya declaración fue determinante al comienzo de la causa por lavado y otros delitos concomitantes (“Lavado I”).

Aseguró que presentará la documentación respaldatoria,al tiempo que recusará a fiscal federal Patricio Sabadini y pedirá la “inmediata libertad” de su defendido, Paulo Buticce.

Sobre el fiscal argumenta que: “No puede investigar el posible delito imputado a Coronel, de abuso de autoridad por violación a la ley de inteligencia nacional, ya que ha perdido objetividad al haber actuado en la investigación preliminar impulsada como consecuencia del informe de la subprefecto”.

En declaraciones a la prensa incluso explicó que “la denuncia penal se basa en la actuación de la subprefecto Patricia Coronel y del personal a su cargo por haber promovido formal o informalmente que se desarrollen tareas de inteligencia de modo expresamente vedado en la Ley de Inteligencia Nacional 25520, acopiando información vinculadas a personas determinadas con el objeto de imputarlas en una causa criminal federal, por tanto que el mismo fiscal investigue los hechos que habrían sido cometidos en el proceso en el cual actúan es absolutamente arbitrario”.

Igualmente solicitará a la Justicia provincial que “se declaren nulos todos los actos consecutivos que dependan del informe de Fojas 1 del expediente federal”.

¿Quién es Corbacho?

Los antecedentes de la abogada Valeria Corbacho, más allá de lograr la absolución de De la Rúa, es extenso, a saber: defensora del motorman Julio Benítez, conductor de la formación Chapa 05, que se chocó contra la estación de Once. Es el maquinista que subía a un blog sus sueños y premoniciones.

La abogada Corbacho también defendió a los motorman Antonio Córdoba y a Daniel López por los accidentes de Once de febrero de 2012 y de Castelar de junio del 2013.

En una entrevista al sitio Infojus Noticias, Corbacho se defendió: "A veces, hay prejuicios por determinadas defensas”. Yo no defiendo esos delitos. Mis defensas son técnicas”.

También defendió a Ciro James, el espía del caso por las escucha macristas a funcionarios y familiares de las víctimas del atentado a la AMIA y la embajada. Incluso luego de conseguir que cumpliera una pequeña condena, Corbacho le dio trabajo a James en su estudio.

Otro de los patrocinados de Valeria fue el exsubcomisario Luis Patti en la causa por el asesinato de los militantes montoneros rosarinos Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi.

También a tres de los represores en la causa “Primer Cuerpo de Ejército”, acusados por la represión en el circuito de centros clandestinos ABO, Club Atlético-Banco-Olimpo.  Al subcomisario Miara, al comisario Roberto Rosa, alias “Clavel” y al subcomisario Eufemio Uballes, alias ““El Führer”.

Fue abogada del exmilitar Manuel Fernando Saint Amant y del expolicía Jorge Muñoz, acusados por la denominada masacre de la calle Juan B. Justo 676 de San Nicolás y por la que fueron condenados a prisión perpetua en 2012.

Por último, Valeria Corbacho fue abogada defensora de David Villalba, el agente que debía filmar el operativo en el que una patota de La Unión Ferroviaria asesinó a Mariano Ferreyra, el 20 de octubre de 2010. Ese día Villalba filmo todo lo sucedido, menos los cinco minutos en que Ferreyra fue asesinado.


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