La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, invita a la comunidad a un encuentro de Coros Solidarios, que se realizará éste sábado 16 de diciembre en el parque de la Democracia a partir de las 18 horas y a beneficio de la Casa Garrahan Resistencia.

Algunos miembros de la iglesia visitaron la redacción de Primera Línea para comentar acerca de la iniciativa.

El presidente Ay organizador del evento, Alejandro Patanía comentó acerca de “Ilumina el Mundo”, la jornada que trata de enseñar de que Jesús “es la luz del mundo”, y por eso llevan a cabo distintas actividades ayudan a “iluminar de muchas maneras al mundo en el que estamos”.

Desde el 1 de diciembre hasta el 25 de diciembre vienen realizando distintos actos en barrios y con las familias, dejando “una luz especial a las personas y este es el desafío de hacerlo cada uno de nosotros”.

Para éste sábado, se contará con un encuentro de coros navideños y para la oportunidad “nos hemos unido como Iglesia a donar regalos para la Casa Garrahan”, (juguetes para los niños), y para lo cual contarán con la presencia del arquitecto Carlos Alabe.

“A la noche vamos a realizar una suelta de globos con un mensaje, con el objetivo de iluminar el cielo”, sentenció Patanía.

Quienes deseen donar juguetes lo pueden hacer en las distintas dependencias de la Iglesia, o bien en el Parque esa misma tarde.

Por su parte, Silvina Salinas de Rico, directora de Asuntos Públicos de la Comunidad,  dio a conocer que La Iglesia cuenta con un programa llamado Manos Mormonas que Ayudan, desde donde recientemente brindaron su ayuda a la Escuela Secundaria Nº152 de Barranqueras, pintando y refaccionando bancos, galerías, pizarrones, realizando limpiezas profundas y trabajos de electricidad.

Otro programa, es Servicios Humanitarios, que tiene previsto realizar entregas de cunas y colchones al sector de Neonatología de hospital Perrando “para los recién nacidos y para que las madres puedan tener una noche especial”.

Patanía explicó que entre Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes, tienen alrededor de 160 misioneros, jóvenes de entre 18 y 25 años que vienen de todas partes del mundo, quienes “dejan sus trabajos, sus familias y estudios y deciden, por propia voluntad, misionar a donde la iglesia los mande. Ellos trabajan antes para ahorrar el dinero con lo cual se van a pagar su misión y viven acá. Aprenden el idioma, nuestra comida e idiosincrasia. Los varones lo hacen por dos años y las mujeres por un año y medio”, ya que “han decidido, por  dos años, a hacer lo que más se parece a lo que hizo Jesucristo, que es servir y están feliz de hacerlo”.


COMPARTIR