Las últimas semanas fueron de máxima tensión para el radicalismo, luego de que estallara la interna en la Cámara de Diputados por los cinco legisladores que votaron a favor del veto del Presidente Javier Milei a la reforma jubilatoria.
Este hecho no solo recrudeció las diferencias en el bloque, sino que desencadenó una serie de respuestas que incluyeron el pedido de sanciones para los legisladores que cambiaron su voto.
Ante esta situación, la bancada radical en la Cámara baja se dividió entre los que están a favor de las sanciones y aquellos que buscan mantener el bloque unido pese a las diferencias.
El caso es que el conflicto puede no agotarse en Diputados y extenderse al Senado y las provincias. Y claro, tener un correlato a nivel nacional, ya que fueron autoridades partidarias las que propiciaron el castigo a los “radicales libertarios”. Y la misión es contener la situación, no sin dejar en claro las diferencias existentes.
“A la UCR le falta organicidad, institucionalidad. Reglas de juego claras. Y de ahí, tomar luego posturas. Hay que ordenar la UCR”, apuntaron en las filas de un senador que no comulga con la conducción del presidente de la UCR, Martín Lousteau.
No obstante, negaron que la interna se traslade a la Cámara alta: “No creo que tenga impacto en el Senado lo que está pasando en Diputados. Hay que esperar. Lo veo más ordenado más allá de las diferencias”. El dato concreto es que el bloque radical en la Cámara alta votó en contra del veto en su totalidad.
“Nadie está de acuerdo con las medidas”, aseguró una voz de peso en el bloque radical del Senado, en referencia a las sanciones a los diputados. “En el Senado no va a pasar. Si sucede, sería una guerra declarada contra Lousteau. Pero no lo vamos a hacer, para demostrarle que no somos lo mismo”, sentenciaron sobre la posibilidad de que el conflicto escale a la Cámara alta.
Respecto de la posibilidad de que el problema del bloque se traslade a las provincias y alcance a los gobernadores, la chance fue descartada. “No hay ninguna posibilidad”, señalaron desde una de las administraciones radicales a este medio. Y señalaron con nombre y apellido a los responsables: “El quilombo lo hacen Lousteau y Manes, una minoría que quiere tener mayoría echando contrarios”.
Días atrás, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, se manifestó en sus redes sociales con fuertes críticas a las autoridades partidarias. En este caso, el destinatario del mensaje fue el presidente de la Convención nacional, Gastón Manes, que impulsó las sanciones para los diputados que apoyaron el veto de Milei a la reforma jubilatoria.
“La política de mayorías populares no es para sectas, ni se hace con purgas. La UCR no es una agrupación universitaria, es un partido nacional. Esta decisión está mal. Le pido a las autoridades del partido que asuman la tarea de conducir, no que sean la voz de una facción”, aseguró Cornejo desde su cuenta de X.
Pero no todos los mandatarios se expresaron públicamente. De hecho, casi ninguno lo hizo. “Los gobernadores no avalaron lo que pasó, incluso los que no salieron a decir nada no están de acuerdo”, señalaron desde un gobierno provincial. “Estamos enfocados en la gestión”, confiaron desde una de las provincias gobernadas por la UCR a este medio.
Cerca de Lousteau señalaron a este medio que si bien el senador y máxima autoridad radical está de acuerdo con las sanciones, no tiene injerencia en el Tribunal de Conducta, que debe definir la suerte de los diputados sancionados por la Convención Nacional.
Fuente: TN