Tras su desaparición se supo de la existencia de un audio que Farías había enviado a una amiga, donde explicaba que iba a tomar un camino alternativo para llegar a las ruinas del Machu Pichu.
Se trata de Federico Farías Banfield, de 21 años y oriundo de la ciudad de Miramar, quien perdió contacto con familiares y amigos el 4 de mayo pasado, cuando se preparaba para llegar a las ruinas de Machu Picchu por un camino alternativo. El joven apareció muerto en Cuzco y fue identificado en las últimas horas a partir de muestras de ADN.
La noticia fue confirmada luego de que el gobierno de Perú realizara peritajes sobre un cuerpo encontrado la semana pasada en las cumbres del Machu Picchu, en el río Vilcanota, en el sector de Mandor.
Fueron familiares del mochilero quienes confirmaron la noticia al diario Correo de Perú. Según se pudo saber el papá de Federico, Alfredo Farías, quien se encontraba en el lugar participando de la búsqueda, se quedará mientras duren los trámites de la repatriación de los restos.
Tras su desaparición se supo de la existencia de un audio que Farías había enviado a una amiga, donde explicaba que iba a tomar un camino alternativo para llegar a las ruinas. Es a partir de esa línea de búsqueda que tras el hallazgo del cuerpo se pensaba que podía tratarse de él, hipótesis confirmada en las últimas horas por las pruebas de ADN.
Laura, la amiga en cuestión, dijo que en el mensaje, Farías le comunicó su intención de "caminar por el costado de unas vías del tren hasta llegar al camino de La Hidroeléctrica. Dijo que no iba a cruzar el puente sino que bajaría al Río Vilcanota por unas escaleras medio escondidas entre la vegetación y caminaría por la orilla hasta llegar a La Arenera, y que cruzaría ahí el río para ir a la montaña del Huayna Picchu, que es el ingreso a las ruinas por la parte trasera".
Es la segunda vez en el año que un mochilero argentino muere tras desaparecer en Perú. En enero hubo un caso similar, el del entrerriano Rodrigo Segovia, quien estuvo sin contacto con los familiares durante siete días. Una semana después de su desaparición, fue encontrado sin vida; había sido arrastrado por el río Araza en la localidad de Quincemil.