La causa por la desaparición de Santiago Maldonado comienza una nueva etapa. El juez Gustavo Lleral llegó a Esquel anoche y a partir de este jueves se hará cargo de la investigación y buscará dilucidar qué pasó aquel 1° de agosto, el último día en el que fue visto con vida el joven artesano.

Lleral ocupará el lugar de Guido Otranto, el magistrado que estaba a cargo de la causa y que fue separado de su cargo la semana pasada por la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia. El juez había sido recusado por la familia de Maldonado y por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que acompaña en materia judicial a los familiares del joven desaparecido.

El nuevo juez, titular del juzgado federal N°2 de Rawson, iniciará su tarea acompañado por un grupo de cuatro colaboradores. Además, para comenzar a trabajar en el proceso de investigación pidió que su equipo de sea provisto de cinco computadoras de escritorio, dos impresoras multifunción, tres notebooks, un scanner, cinco celulares, una cámara filmadora, dos grabadores digitales, un proyector y dos camionetas 4×4.

Hasta Esquel también llegará Verónica Heredia, la abogada de la familia de Santiago Maldonado. "Más allá de hacer lugar a la recusación, resulta preocupante que ese tribunal haya avalado todo lo que hizo el juez Otranto. Esperamos que el nuevo juez, Gustavo Lleral, tome resoluciones de manera rápida", sostuvo ante la prensa este miércoles.

Sergio Maldonado, hermano de Santiago, viajará a Esquel en las próximas horas para seguir de cerca la causa y el accionar del nuevo juez. La familia de Maldonado espera que haya un giro en la investigación y que el nuevo magistrado pueda aproximarse a la verdad sobre lo que sucedió.

El caso más reciente al que se abocó el nuevo juez de la causa fue el hundimiento del pesquero "Repunte", que se hundió a mediados de junio con doce tripulantes.

Claves y desafíos de la nueva etapa en el caso Maldonado

Según allegados a la causa consultados por Infobae, el password que abriría el caso podría estar en la información que contienen los teléfonos celulares de los gendarmes que participaron del operativo, de sus jefes e incluso de Noceti (¿y por qué no de Otranto?). La Policía Federal peritó 70 aparatos y entregó esa información al juez anterior. Mucho de ese contenido se filtró a la prensa. Pero no se sabe si entre los chats, mensajes de texto, fotos, videos y audios hay algo más que Otranto no vio u omitió o no dejó trascender.

Otro punto clave es la geolocalización de esos teléfonos. ¿Dónde estaban los gendarmes ese día y dónde estuvieron durante las horas que siguieron al operativo? ¿Y qué pasó con el famoso teléfono chileno de Santiago Maldonado? Con información suministrada por Telefónica y Movistar, Lleral podría tener información del lugar exacto donde se activó el teléfono de Maldonado y hacer lo mismo con los de los gendarmes para detectar si existe alguna coincidencia de tiempo y de lugar.

Otra prueba importante que podrían aportar los teléfonos a partir de su geolocalización tiene que ver con las camionetas que usan los gendarmes, que no tienen aparatos de GPS. Así, los investigadores podrían desentrañar los movimientos que hicieron durante esos días a partir de los celulares de sus choferes.

Los resultados de las pericias sobre las computadoras de los escuadrones 35 de El Bolsón y 36 de Esquel, a cargo de la Policía Federal, también generan expectativa. Para los los expertos con acceso al expediente hay una demora llamativa en la entrega de esa información que podría ser de suma importancia ya que podría aportar nuevos datos en emails, fotos, videos o mensajes.

A partir de ahora, se estableció un plazo de 60 días para que Lleral se dedique con exclusividad a avanzar en estas claves que quedaron en suspenso.


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