Fueron siete patadas hasta abrir la puerta. Y fue la sentencia de muerte para Brian Batalla Verna (29). Sin mediar palabra, su abuelo Domingo Verna (78) lo acribilló de cinco disparos. El joven, que lo había golpeado minutos antes, tenía trastornos psiquiátricos.
El crimen ocurrió en Bahía Blanca el 13 de junio de 2022, y conmovió al país no solo por la relación entre víctima y victimario, sino por la brutalidad de la secuencia, que quedó íntegramente filmada por una de las cámaras de seguridad ubicadas en el frente de la casa del tirador.
Casi dos años y medio después, el caso llega a juicio. Desde este martes hasta el viernes 25, Domingo Verna enfrentará un juicio por jurados bajo la órbita del Tribunal en lo Criminal N°1, cuyo titular es el juez Hugo Adrián de Rosa.
“Si mi papá se sentía amenazado porque mi hijo lo había golpeado, podía haber llamado al 911″, cuenta a TN Mariel, mamá de la víctima, convencida de que el abuelo le tendió una trampa a su nieto con el único fin de asesinarlo.
“Fue un hecho premeditado. Cuando mi hijo lo golpeó, mi papá cerró el portón de su casa y fue a buscar el arma. Y cuando Brian volvió y le dio patadas a la puerta, no le bastó con darle un tiro: fueron cinco disparos en zonales vitales. Mi hijo estaba desarmado. Está todo filmado”, detalla.
La mujer dio su testimonio en las horas siguientes al crimen. Desde entonces, no volvió a hablar y se recluyó a la espera de una oportunidad de justicia. “Mi padre siempre fue un hombre violento.
A Brian le pegaba con una fusta y un cinto. Lo hostigaba y lo agredía verbalmente”, cuenta, y sigue: “Mi hijo estaba medicado, pero ellos (Domingo Verna y su esposa), unilateralmente, le retiraron el tratamiento del que yo me hacía cargo. La excusa era que no creían en psicólogos ni en psiquiatras”.
“Mi papá agredía hasta a su propia nieta discapacitada. A mí me golpeó estando embarazada y me excluyó después del nacimiento de Brian. Con mi mamá ayudaron a todos mis hermanos, menos a mí”, profundiza Mariel, y extiende los detalles del vínculo entre abuelo y nieto: “La culpa de todas las conductas de Brian era mía. En mi casa se aplicaba un régimen militar. Y una vez que me independicé, mi papá me cobraba una cuota por cuidar a mi hijo”.
El video difundido horas después del hecho es la prueba documental clave del caso. Muestra el desarrollo de la pelea hasta el fatal desenlace en dos momentos: primero se ve al abuelo llegar en bicicleta y el nieto lo intercepta para agredirlo con un palo a pesar de los intentos desesperados de su novia, que se aferra a su ropa hasta que Brian se zafa. Allí el nieto somete a golpes al abuelo en la cabeza.
La secuencia siguiente exhibe a Brian que llega solo a la casa de su abuelo y empieza a darle patadas a la puerta. La puerta se abre enseguida y, sin salir de su casa, Domingo Verna acribilla a su nieto con un revólver calibre 32. El joven se tambalea y cae muerto al suelo, con impactos de bala en el estómago, pecho, cuello, mejilla y hombro.
Entre una escena y otra pasan apenas cinco minutos. Segundos después del crimen transcurre un diálogo entre el militar retirado y su esposa, Marta. “Maté a la lacra”, dice -según consta en el expediente- el asesino con el cadáver de su nieto delante de sus ojos.
A pesar de que pasa la mayor parte del tiempo recluido en la misma casa donde mató a su nieto, en la calle Sócrates esquina Juan Carlos Cobián, Verna no tiene medidas precautorias que le impidan salir.
“Siempre anduvo por la calle en bicicleta y en auto, como si nada hubiese ocurrido. Pero desde hace poco sale a caminar con un bastón para dar lástima y quedar impune”, asegura Mariel, que vivía enfrente de su padre cuando ocurrió el hecho. “Apenas escuché los disparos, crucé. Cuando llegó la ambulancia, minutos después, ya no había más nada que hacer”, recuerda.
“Brian tomaba ansiolíticos para dormir y controlar sus impulsos. Al no estar medicado, no andaba bien. Y el responsable de haberle quitado la medicación también es mi papá”, sostiene, y agrega: “Espero que haya una sentencia ejemplar, que no quede en la nada”.
Este martes, de una nómina inicial de 25, será el sorteo de los 12 ciudadanos bahienses que conformarán el jurado popular. Si no hay impugnaciones que alteren el mínimo, se dará inicio al debate que concluirá el viernes. Cerca de 60 testigos están citados a declarar.
“Va a quedar expuesto el contexto familiar que, a nuestro entender, deriva en el crimen. La víctima sufría un trastorno de bipolaridad.
Fue maltratado durante su infancia y su vida adulta por este señor (Domingo Verna), que nunca aceptó la enfermedad de su nieto, al que le decía barbaridades y agredía todo el tiempo”, sostiene Ignacio Yazyi, abogado que representa a la mamá de Brian.
El abogado de Verna es Ariel Zara, que busca imponer la calificación de legítima defensa y que su cliente sea absuelto. “Ellos dicen que si el abuelo le disparaba, el nieto lo iba a matar. Yo me pregunto: “Si Brian hubiese querido asesinar al abuelo, que tenía cuatro revólveres dentro de la casa, ¿va a ir desarmado a matarlo? El jurado va a tener que escuchar y decidir sobre eso”, concluye Yazyi.