El intendente de Río de Janeiro, Eduardo Paes, retrasó la salida de las restricciones y pidió este viernes disculpas a la población por haber pasado un panorama optimista sobre la pandemia en la llamada "ciudad maravillosa", al reconocer un aumento de hospitalizaciones de pacientes de Covid-19 con la variante Delta sobre todo entre los cariocas que se han vacunado contra el coronavirus.

Paes determinó el regreso a las medidas de restricción contra la pandemia hasta el 23 de agosto, en virtud del avance d la variante Delta, la cual aparece como fundamental en el rebrote que puede estar registrando Río de Janeiro.

De todos modos, Río de Janeiro preparó un plan para evitar grandes aglomeraciones para las tradicionales fiestas de fin de año con el lanzamiento de fuegos artificiales en la playa de Copacabana, pero dependerá del avance epidemiológico.

Brasil se encuentra en una curva descendente desde fines de junio, tras el colapso hospitalario iniciado en marzo, siendo el país con más muertes por Covid-19 en el mundo durante 2021.

"Está claro que hay un nuevo aumento de casos, algo que no ocurría hace semanas. Cuando anunciamos una reapertura no quiso decir que la situación está controlada. Quizás comunicamos mal. Si pasé la impresión de que estaba todo bien, esa no fue la intención, no está todo bien, me equivoqué", reconoció el alcalde.

De acuerdo a la Secretaría de Salud carioca, el 95% de los internados en Río de Janeiro no recibió ni la primera dosis de la vacuna, a lo que hay que sumar los casos de síndrome gripal y respiratoria producto de la caída de temperaturas durante el mes de julio, en uno de los inviernos más rigurosos por lo menos desde 2013 en la región sudeste y sur de Brasil.

En Río están abiertas con obligación de uso de barbijo y distanciamiento de 1,5 metro casi todas las actividades económicas, culturales y deportivas y aforo del 40 por ciento, menos las discotecas y espacios de reuniones masivos, así como fiestas públicas y privadas.

El 45% de los contagios en Río de Janeiro corresponden a la variante Delta.

En Río de Janeiro, según la Secretaría de Salud, una persona mayor de 60 años contagiada por Delta falleció luego de negarse a aceptar la vacunación.

Río de Janeiro tiene acumulados 30.561 muertes y no registra decesos desde el martes.

Brasil reporta 560.706 desde el inicio de la pandemia en el país con más de 20 millones de casos, pero la pandemia está en retroceso, con menos de 800 muertos promedio diarios, el mismo nivel que en enero de 2021, antes de la segunda gran ola con la variante Gama o P1 surgida en el estado de Amazonas.

El 49,14% de la población en Brasil, unos 104 millones de personas, ha recibido la primera dosis contra el coronavirus, según datos oficiales.

La inmunización completa con dos dosis o una de Janssen fue aplicada en 43.649.022 personas, el 20,6% de la población.

El ministro de Salud, Marcelo Queiroga, prevé que a fines de setiembre toda la población mayor de 18 años tendrá una dosis aplicada.

En el estado de San Pablo, el más grande del país con 46 millones de habitantes, fue suspendida la vacunación de adolescentes entre 12 y 17 años prevista para iniciarse el 23 de agosto a raíz de que acusa al gobierno del presidente Jair Bolsonaro de no enviar dosis de Pfizer, las únicas autorizadas por ahora para esa franja etaria.

Brasil aplica AstraZeneca, CoronaVac, Janssen y Pfizer.

San Pablo pidió la semana pasada al ente regulador Anvisa autorizar con CoronaVac la vacunación a niños y adolescentes entre 3 y 17 años, pero aún no obtuvo respuestas


COMPARTIR