La Fiscalía Penal de Castelli tomó intervención en el posible abuso de una niña indígena de la etnia wichí de 11 años a partir de la denuncia presentada el 5 de diciembre por la directora del Hospital de Miraflores, del cual dependen las comunidades aborígenes que viven en el paraje Techat II, donde vive la niña con su familia.

De acuerdo a la denuncia, la directora del Hospital de Miraflores, Evelin Pittau, tomó conocimiento del hecho el 3 de diciembre pasado por intermedio de un agente sanitario, quien recibió la noticia de otro compañero de trabajo.

Entre los datos aportados, se indicó que la nena (NA) podría haber sido abusada por su padrastro, aunque no se conocen las medidas que la Justicia castelense adoptó ante el presunto abuso y embarazo forzado.

La niña vive en el paraje mencionado, jurisdicción de Miraflores. Cursaba un embarazo de 23 semanas al momento en que le brindaron la primer asistencia sanitaria en el Hospital de esa localidad. Hasta su ingreso al Hospital de Miraflores no se había realizado ningún control de embarazo.

Este caso integrará el universo de los recién nacidos en Chaco  de madres menores de 15 años, que hasta ahora es de 183 en el curso de este año. Este cuadro de situación socio-sanitario convirtió  a Chaco en la provincia con la tasa más alta de fecundidad temprana en la Argentina.

La atención brindada en el Hospital de Castelli

La nena luego fue derivada al Hospital de referencia regional de El Impenetrable, de Juan José Castelli. Estando internada en el Bicentenario de Castelli, los médicos indicaron medidas de protocolo, cuestionario de sucesos vitales (CSV), laboratorios y requirieron la visita de un asistente social al hogar de la nena.

Evaluaron, en una primera instancia, la interrupción voluntaria del embarazo precoz. Esto no fue aceptado por la madre ni por la niña, según la documentación médica que refleja la situación de la paciente, que se encuentra alojada en la Cama 2  de la Sala 3 del área de Obstetricia.

Los médicos del Hospital que la atendieron refieren que existe una barrera lingüística que está afectando la comunicación no sólo con la nena embarazada, sino también con la madre. En el diálogo mantenido entre los profesionales, la paciente y la mamá surgió el “temor por las complicaciones” derivadas de la intervención destinada a interrumpir el embarazo. Por esa causa, la mamá aconsejó a su pequeña hija para que siguiera adelante con la gestación.

Dos días después de arribado al Hospital de Castelli se retomó el diálogo con la madre y la niña embarazada, esta vez con la participación de un traductor. Se les hizo conocer al binomio madre/hija los procedimientos de intervención y las posibles reacciones adversas. Ambas decidieron continuar con el embarazo.

Las autoridades del Hospital están evaluando trasladar  a la niña  a un centro asistencial de mayor complejidad.

Se debe derivar a la niña al hospital Pediátrico de Resistencia

La niña puede morir. Se sabe que en menores de 15 años existe mayor riesgo de muerte materna, de eclampsia, hemorragia posparto, anemia. También se conoce que los nacidos de madres menores de 15 años  presentan mayor probabilidad de tener bajo peso al nacer o ser prematuros o  nacer pequeños para su edad gestacional, como también que cursan mayor riesgo de muerte neonatal temprana. Es riesgosa la continuación del embarazo de la niña que la interrupción legal del embarazo. Sin embargo, se debe respetar la voluntad de la niña y de su madre.

Es posible entender que respecto a NA se detectó tardíamente su embarazo, lo que naturalmente condicionó una atención integral y oportuna. El caso de esta niña es de alto riesgo  por la corta edad, por lo que puede cursar complicaciones graves. Tendrá mayores chances si es derivada al Hospital Pediátrico de esta Ciudad, que es el único centro sanitario que puede programar el seguimiento y los controles  de salud que necesita la niña, quién debe permanecer en guarda legal en el mejor lugar de atención, cuidado y alimentación.

El Ministerio de Salud está evaluando la derivación al Pediátrico para asegurar el programa de controles que la dinámica de la gestación determine, según las complicaciones que vayan surgiendo, que pueden ser cambiantes y que deben ser evaluadas y seguidas por el equipo multidisplinario  del SAINAV del Hospital Pediátrico A. Castelán.

Los siete Techat

En el año 2003 fue naciendo el paraje Techat I. Contaba con un precario puesto sanitario y una escuela primaria. Después, en forma continua, muchas familias indígenas de las etnias wichí y qom comenzaron a instalarse en ese primer asentamiento. Salían del monte buscando comida, vivienda, asistencia sanitaria y social.

El fenómeno de asentarse en el Techat fue intenso. Así surgieron los restantes parajes aledaños con el mismo nombre, uno al lado del otro. Actualmente son tantas las necesidades de las comunidades indígenas de la zona que está conformándose el Techat VII, transformándose en un fenómeno masivo de acumulación poblacional.

Desde Misión Nueva Pompeya vienen algunos contingentes. El propósito es acercarse a Miraflores para recibir más asistencia estatal y solidaria de grupos humanitarios que regularmente visitan todos los Techat.


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