El equipo del líder opositor ruso Alexey Navalny convocó este lunes a nuevas manifestaciones en todo el país para pedir por su libertad y el Gobierno ruso anunció que investigará el papel jugado por varias redes sociales estadounidenses durante las protestas del sábado, que terminaron con más de 3.300 personas detenidas.

"El 31 de enero, 12H00. Todas las ciudades de Rusia. Por la liberación de Navalny. Por la libertad de todos. Por la justicia. Más detalles hoy más tarde", tuiteó un aliado cercano del opositor encarcelado, Leonid Volkov.

En paralelo, la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zaiarova, anunció que las autoridades investigarán el papel jugado por varias redes sociales de Estados Unidos durante las protestas no autorizadas del sábado.

"Hemos detectado una actividad muy intensa de los llamados gigantes de las tecnologías de la información estadounidenses. Se trata de plataformas de redes sociales y de videos que tanto estos días como en días anteriores divulgaron una gran cantidad de información falsa", manifestó hoy Zaiarova en la cadena televisiva Canal 1, citada por la agencia Sputnik.

Asimismo, denunció que "las plataformas estadounidenses de Internet están implicadas en la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos" de Rusia, y las acusó de hacer caso omiso a la divulgación de noticias falsas durante las manifestaciones.

Las declaraciones de la funcionaria se dieron a conocer un día después de que Moscú cuestionara el papel de la embajada de Estados Unidos y la "injerencia" de los gigantes estadounidenses de Internet en las últimas concentraciones desarrolladas en todo el país.

En este contexto, el presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció este lunes que todos tienen el derecho a expresar su opinión en manifestaciones, pero a la vez subrayó la necesidad de hacerlo en el marco de la ley.

"Todo el mundo tiene el derecho a expresar su punto de vista en el marco de la ley, pero todo lo que excede de este marco no solo es contraproducente, sino peligroso", expresó Putin en relación a las protestas del sábado pasado.

Ayer, el Gobierno acusó a la embajada estadounidense en Moscú de haber fomentado la participación en las manifestaciones al publicar en Internet las rutas y los lugares de concentración de las protestas para pedir a sus ciudadanos que "las eviten".

Ese comunicado "constituye indirectamente una injerencia absoluta en nuestros asuntos internos", denunció el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, según la agencia de noticias Interfax.

Si la embajada de Rusia hubiera actuado de la misma manera durante la represión de las manifestaciones antirracistas y los disturbios en Estados Unidos, el año pasado, "seguramente habría causado algún tipo de malestar en Washington", agregó.

Navalny, desde hace años uno de los mayores críticos del presidente Vladimir Putin, fue detenido el 17 de enero a su regreso a Moscú desde Alemania, donde pasó cinco meses recuperándose de lo que médicos alemanes describieron como un envenenamiento con un agente nervioso.

Putin, que acusa a Navalny de vínculos con servicios de inteligencia extranjeros, rechazó las acusaciones en diciembre, cuando dijo que no fueron producto de una investigación sino de "materiales de los servicios especiales estadounidenses" y que Rusia no podía abrir una investigación porque nadie había aportado "evidencias relevantes".

Además, acusó a las potencias occidentales de manipular el tema para impulsar nuevas sanciones contra Rusia.

Autoridades rusas dicen que Navalny, de 44 años, fue detenido el 18 de enero pasado porque durante su estancia en Alemania violó los términos de una condena en suspenso de 2014, aunque el líder opositor afirma que esa fue una causa armada motivada políticamente.

Al comparecer ante el juez que le dictó una detención de un mes, Nalvany llamó a sus simpatizantes a salir a las calles y protestar, lo que sucedió el sábado masivamente en las principales ciudades del país, pese a no contar con la autorización de las autoridades, quienes finalmente dieron la orden de reprimir y detener a miles de personas.

Según la ONG OVD-Info, especializada en el seguimiento de las protestas en Rusia, la Policía detuvo el sábado al menos a 3.324 manifestantes, entre ellas 1.320 en Moscú y 490 en San Petersburgo, las dos ciudades más grandes del país.


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