“Nunca me pasó que por un malentendido o porque me expresé mal usando unas palabras que no definían lo que quería decir aparecí defendiendo algo que me he empecinado en combatir, en denunciar o por lo menos en advertir, que son los riesgos que presenta la deriva autoritaria y autocrática en el mundo y en Argentina”.

Con estas palabras, Marcelo Longobardi realizó un amplio descargo después de la polémica que generaron sus declaraciones del martes, cuando dijo que “vamos a tener que formatear a la Argentina de un modo más autoritario”, durante el pase de su programa con el de Jorge Lanata por radio Mitre.

“Lo que quiso ser una denuncia apareció como una defensa, fue un error y un malentendido abonado por mi modo inapropiado de hablar. Lo que pretendo combatir o por lo menos advertir, que es la deriva autoritaria que va adoptando la Argentina, es un asunto cotidiano”, continuó.

“Mi comentario del martes es parte de una secuencia de comentarios que hago por lo menos desde hace dos meses, inspirados en acontecimientos mundiales y locales, desde la presidencia de Donald Trump, y como eso afectó al mundo”.

“Por lo tanto, me veo en la obligación de aclarar que no defendía algo sino que pretendía combatir, algo que fue a las apuradas que por supuesto sonó muy mal. La frase que usé fue mal explicada, al punto que pareció defender algo que suelo denunciar”, completó.

Y agregó: “Está claro que parte del mundo ha experimentado un retroceso en las instituciones democráticas o incluso hasta los procesos electorales, en este deterioro China y Rusia han jugado un papel destacado y los Kirchner también”.

Marcelo Longobardi: “El formato de populismo ya no alcanza”

Este martes, el conductor de Cada mañana había dicho que “la democracia no es para cualquier país, requiere de estándares de bienestar económico, de igualdad de oportunidades y de falta de griterío, una serie de cuestiones que no están dadas hoy en la Argentina”. Fue en ese contexto que sostuvo que “algún día, lamentablemente, tendremos una sorpresa, porque vamos a tener que formatear a la Argentina de un modo más autoritario para poder manejar semejante descalabro”. Su comentario descolocó a Lanata, con quien estaba conversando durante el pase de sus programas y quien respondió: “Es fuerte lo que dijiste, hay que discutirlo”.

En la mañana de este jueves, Longobardi decidió aclarar sus dichos. “El mundo asiste a un asombroso fenómeno del debilitamiento de la democracia, hay pila de explicaciones de los expertos que sugieren razones pero en cualquier caso estos temas son materia de análisis de académicos y politólogos”, describió.

En ese sentido, citó el trabajo Así mueren de las democracias del académico de Oxford, Steven Levitsky, y también un editorial de La Nación, “La escalada autoritaria”.

“Lamentablemente la Argentina no está ajena a este proceso de degradación global, con la política exterior alineada con Rusia, China y Venezuela. Hay en marcha un proceso de demolición del sistema judicial, de su independencia y de la división de poderes en el cual se busca la impunidad. Esto es un ataque al sistema republicano descrito por muchos de mis colegas. Tal vez hay algún nivel de ideología antidemocrática en el caso particular de la señora de Kirchner que señaló que el sistema republicano es anacrónico. Considero ese comentario como un comentario de carácter antidemocrático”.

Otro de los argumentos que empleó Longobardi fue el de la incertidumbre que se generó con el cambio de fechas frente a las próximas elecciones legislativas: “Ningún país del mundo ha suspendido las elecciones por la pandemia, ni Bolivia. Las fechas de las elecciones deberían ser sacrosantas para la política”.

Más adelante, sostuvo que “desde hace años Argentina se volvió una máquina de generar desigualdad y pobreza. Su carácter demográfico ha construido conurbanos de donde el kirchnerismo obtiene su caudal electoral, los conurbanos nos ofrecen el espectáculo de que la pobreza está toda junta. En este caso, el sistema prescinde por completo del sector privado y de la inversión, y por lo tanto la mitad de los argentinos vive de subsidios. Es un mecanismo perfecto, y a este cuadro lamentable le estamos agregando la falta de acceso al sistema educativo que agrava este cuadro de pobreza estructural que vive la Argentina”, consideró.

“El Presidente ha optado por el conflicto para organizar a la Argentina. Su palabra ha perdido valor al punto que ya no tenemos claro qué significa Alberto Fernández en la Argentina, tal vez sea una víctima de su propia coalición. ¿Se acuerdan de Gabriel Mariotto cuando dijo que la época de la moderación se terminó? Hay que estar desorientado”.

“Aquí radica mi preocupación y mi advertencia. El formato de populismo ya no alcanza para la Argentina, desde Mauricio Macri a Fernández, ya no alcanza”, alertó.

En este sentido, insistió en que le preocupa “el formato autocrático que está ocurriendo en gran parte del mundo. Ya no hace falta un Chávez o un Videla, hace falta un idiota. Con un idiota basta. Tal es el caso de Maduro que está manejado por fuerzas que no puede controlar”.

Sobre el final, citó a Carlos Pagni y dijo: “La tristísima historia de Venezuela en mucha dimensiones está hablando de nosotros”.


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