Legisladores demócratas y republicanos se unieron en la Cámara de Representantes de Estados Unidos para darle el visto bueno a un proyecto de ley consensuado queestablece la regulación de armas de fuego más importante en casi 30 años, iniciativa que el Senado había aprobado este jueves, como consecuencia directa de los reiterados tiroteos masivos.

La Cámara de Representantes aprobó la iniciativa que impone nuevos controles de armas y otorga miles de millones de dólares en fondos para salud mental y seguridad escolar, en una votación de 234 contra 193.

Fueron 14 los opositores republicanos que votaron con los oficialistas para lograr la aprobación del documento, que ahora debe ser convertido en ley por el presidente Joe Biden.

Aún así, el texto no contempla todas las demandas de los opositores a las armas ni de Biden, pero constituye un enorme avance tras casi 30 años de inercia en el Congreso.

"Esta ley bipartidista ayudará a proteger a los estadounidenses", dijo Biden  en un comunicado poco después de la votación del Senado y añadió que "niños en las escuelas y comunidades estarán más seguras gracias a ella".

Un sector mayoritario de la Cámara de Representantes aplaudió cuando la presidenta del cuerpo, Nancy Pelosi, anunció que se había aprobado el texto.

La legislación bipartidista sobre armas de fuego, redactada además en respuesta a los tiroteos en Buffalo, Nueva York, y al que dejó hace un mes a 19 niños muertos en una escuela de Uvalde, Texas, pasó rápidamente a través de un Congreso generalmente lento, probablemente apurado por la inminente salida de legisladores de Washington ante el receso de dos semanas por el 4 de julio, la fecha nacional.

La ley, respaldada en el Senado por los 50 senadores demócratas y 15 republicanos, incluye la mejora de la comprobación de los antecedentes de los compradores menores de 21 años, 11.000 millones de dólares de financiación para la salud mental y 2.000 millones de dólares para programas de seguridad escolar.

También destina fondos para incentivar a los estados a aplicar leyes de "alerta" para retirar las armas de fuego a personas consideradas una amenaza, precisó la agencia de noticias AFP.

Y también cierra el llamado agujero del "novio", por el cual aquellos que tienen denuncias de violencia doméstica pueden evitar la prohibición de comprar armas de fuego si no están casados o no viven con su víctima.

"El Senado de Estados Unidos está haciendo algo que muchos creían imposible hasta hace unas semanas: estamos aprobando el primer proyecto de ley de seguridad de armas significativo en casi 30 años", destacó ayer el líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer.

Y subrayó: "El proyecto puede describirse con tres adjetivos: bipartidista, de sentido común, salvador de vidas".

Nancy Pelosi
Nancy Pelosi.

Por su parte, el senador republicano Mitch McConnell dijo que la ley tornará a Estados Unidos más seguro "sin hacer menos libre a nuestro país".

La poderosa Asociación Nacional del Rifle y muchos republicanos de ambas cámaras del Congreso se opusieron, pero la iniciativa tuvo el respaldo de grupos que trabajan en temas policiales, violencia doméstica y enfermedades mentales.

La última legislación federal importante de control de armas fue sancionada en 1994 al crear un sistema nacional de comprobación de antecedentes y prohibir la fabricación para uso civil de rifles de asalto y cargadores de munición de gran capacidad.

Pero esa ley expiró una década después y desde entonces no hubo ningún movimiento serio de reforma pese al aumento de la violencia con armas de fuego.

Biden había impulsado iniciativas más ambiciosas, como el restablecimiento de la prohibición de los rifles de asalto -que se utilizaron en los tiroteos masivos recientes de Texas y Nueva York- y de los cargadores de alta capacidad.

La luz verde del Congreso a este nuevo proyecto fue un pequeño triunfo para los activistas por el control de las armas, luego de que ayer un fallo de la Corte Suprema de Justicia estableció que los estadounidenses tienen derecho a llevar un arma de fuego en público.

Esa sentencia de la Corte anuló una ley neoyorquina de más de un siglo de antigüedad que establecía que quien quisiera un permiso para portar un arma de fuego fuera del hogar debía demostrar que la necesitaba.


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