El 80% de la población en algún momento de su vida necesitará una transfusión. Sin embargo, según datos del Ministerio de Salud, en la mayoría de las provincias de nuestro país son donantes frecuentes solamente entre el 35 y el 40% de las personas, a excepción de Jujuy, Misiones y el Hospital Garrahan donde el porcentaje se eleva al 100%.

“Una persona puede donar sangre varias veces al año: los hombres cada cuatro meses y las mujeres cada tres. Esto es importante ya que el requerimiento a nivel nacional, en base a la población actual, se calcula entre 1.500.000 y 2.000.000 de unidades, cantidad que se podría cubrir con cerca de 1 millón de argentinos que donará dos veces al año” sostiene la Dra. Susana Anhel (MN 1454).

Además, sostiene la especialista que “El donante fidelizado está más informado y comprometido, lo que permite obtener componentes de mejor calidad y una transfusión segura. La sangre se almacena en bancos, los cuales funcionan como una red, desde donde se distribuyen a las distintas instituciones médicas según las necesidades del momento”.

El Ministerio de Salud de la Nación promueve la existencia de Bancos de Sangre Regionales que centralicen a los Servicios de Transfusión más pequeños para asegurar el acceso de sangre con garantía de calidad para todos los habitantes.

“Cada unidad de sangre donada es aprovechada en su totalidad aunque la durabilidad de cada componente es diferente (el plasma fresco congelado dura 1 año, los glóbulos rojos 35 a 42 días y las plaquetas apenas 5 días). Esta situación exige la permanente renovación del stock de los bancos de sangre para garantizar en todo momento una cantidad apropiada de sangre segura”, destaca Anhel.

En este contexto, recientemente se presentó la campaña virtual “Compartí Algo Más” que incentiva a que sea “la sangre la que espera al paciente y no el paciente a la sangre”. Es importante que haya donantes voluntarios ya que actualmente no se cuenta con la sangre suficiente para afrontar las cantidades requeridas y con tan sola una donación se puede salvar hasta tres vidas. Además, no existe un producto artificial que pueda reemplazarla.

La edad promedio del donante de sangre en el 2017 fue entre 20 y 40 años. De ellos, el 57% fueron hombres y el 43% mujeres. El perfil ideal es aquella persona con capacidad y competencia para decidir ser donante de sangre y lo hace con regularidad. Además, sabe que está saludable y está informado acerca de las medidas que debe tomar para mantenerse saludable y los requerimientos necesarios para donar.

“Como país se debe lograr contar con el 100% de donantes altruistas y repetidos. Para ello es necesario cambiar la cultura de donación de reposición por la donación altruista y de repetición como parte de la responsabilidad social hacia la comunidad”, explica la doctora Susana Anhel.

Para cubrir la demanda nacional de sangre, bastaría con que cerca de 1 millón de argentinos donara dos veces al año. Resulta fundamental la donación voluntaria, altruista y periódica porque no hay sustituto de la sangre. En 2017 la mayor proporción de donantes fue de personas de entre 20 y 40 años; de ellas, el 57% fueron hombres y el 43% mujeres.


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