En una semana dominada por la volatilidad del dólar, el Gobierno buscó llevar tranquilidad al mercado con el aumento de la tasa de política monetaria hasta el 40% y una baja en la meta de déficit fiscal de 3,2% a 2,7%.

Un grupo de economistas consultados por La Nación destacó la efectividad de estas medidas para calmar las aguas de la economía local, aunque sostuvieron que no alcanzan para apagar los focos que surgirán en la segunda mitad del año.

"Para apagar un fuego hacen falta varios extintores -dijo Irina Moroni, economista jefa de la Fundación Capital-. Luego de muchos días de política monetaria y cambiaria confusa, de idas y venidas, y frente a la pulseada que le estaba haciendo el mercado, el Banco Central (BCRA) finalmente salió en forma contundente con una batería de medidas que buscan aplacar esta corrida puntual".

Para Moroni, las dudas vendrán por el lado del crecimiento: "Es importante generar todas las ventanillas de liquidez en dólares y trabajar en el mercado de futuros para dar un horizonte. El costo de utilizar la tasa de interés es alto y solo puede ser concebido como un instrumento transitorio", afirmó.

Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), dijo que "fue un anuncio relevante al corazón del programa fiscal", pero también planteó reservas. "Debería ser un marco que, sumado a las medidas del BCRA, genere una estabilización que evite un crecimiento abrupto del dólar y, a partir de ahí, ver qué impacto tendrá esta situación según cuánto dure en la economía real. Las tasas, si se sostienen, van a generar un enfriamiento de ciertos sectores en la economía", sostuvo.

"En principio, lo más importante era darle más independencia al BCRA para controlar la urgencia del dólar", dijo Amilcar Collante, del Centro de Estudios Económicos del Sur (Cesur)-. "El dólar venía creciendo 9% interanual en octubre y hoy llega al 36%. La inflación obviamente va a estar por arriba de los salarios. O validás un ajuste salarial o tenés conflictividad social en ascenso y problemas en la calle. También se encarecerá el crédito, que era uno de los motores del consumo. En el caso del hipotecario, las operaciones van a estar complicadas de cerrar hasta que se vaya esta turbulencia".

Martín Kalos, director de Epyca Consultores, señaló que, con este plan, el Gobierno "está intentando tomar el toro por las astas y es probable que, con estas medidas drásticas, algo logre". Y argumentó: "Por el recorte, va a bajar la inversión en obra pública. Será un problema el impacto directo en el sector de la construcción, que es el que más venía creciendo y que iba a seguir expandiéndose del lado de la demanda de créditos para vivienda privada. Es un gasto muy federal, habrá que ver también cómo impacta en cada provincia".

"Es una medida temporaria, el miércoles dijeron que la tasa iba a estar cinco puntos arriba de la inflación, y la inflación no va a llegar al 35%", agregó. "Tampoco hay que pensar que esto va a generar una crisis, no estamos yendo a eso. El punto es contener estas tormentas financieras para que no llegue más sangre al río".

 

"Me parece que tuvieron una reacción muy fuerte desde la política económica. Están tratando de dar una señal 'anti 28 de diciembre' [cuando la meta de inflación pasó al 15%]", dijo Federico Furiase, director del Estudio EcoGo.


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