Centímetro a centímetro, con toda España en vilo siguiendo en directo el frenético operativo de excavación, los rescatistas de Totalán (Málaga) consiguieron esta noche llegar al lugar a más de 100 metros en el que había caído el pequeño Julen Roselló, pero solo pudieron confirmar que el pequeño estaba sin vida.

Habían pasado 13 días desde que cayó en el ese pozo mortal, de los utilizados en la zona para llegar a las vías de agua, y las difíciles condiciones del terreno fueron presentando cada día un nuevo desafío a los socorristas, extendiendo el plazo hasta un punto en que el final fue el peor, el más trágico, el más duro.

Los desolados padres del pequeño mantuvieron hasta el último instante la esperanza de un milagro, incluso en las redes de todo el mundo se multiplicaron los mensajes de esperanzas ante una situación que con el correr de los días se adivinaba cruel. La Guardia Civil difundió en sus redes la noticia del hallazgo sin vida del chiquito, reconociendo el gigantesco esfuerzo de centenares de personas que trabajaron sin descanso intentando torcer lo irreversible.

En las últimas horas los especialistas y los mineros debieron apelar a "microexplosiones controladas" para sortear escollos de roca de extrema dureza, y de a poco se fue estrechando la cifra de centímetros que faltaba para el lugar que se había señalado como punto final de la caída de Julen.

Se abre ahora el capítulo judicial del tema, con las investigaciones respectivas en cuanto a responsabilidades penales, relacionados con la construcción del pozo. Toda España estuvo en estos días siguiendo con extrema tensión el tema, y esta noche la noticia del hallazgo de Julen sin vida convirtió en triste realidad lo que, sin decir, se temía en cada conversación.

"Desgraciadamente a la 1.25 horas de esta madrugada, los equipos de rescate han accedido al punto del pozo donde se buscaba a Julen y han localizado el cuerpo sin vida del pequeño", escribió en Twitter Alfonso Gómez de Celis. La historia no pudo terminar en milagro.


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